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– A ver, según entendí, Iván. ¿Tú eres extranjero? – El español preguntó mientras cocinaba para el Oso. Lo recibió de buena manera, aunque su comportamiento al comienzo fue algo agresivo.

El Oso asintió con la cabeza, algo nervioso por su tonto comportamiento al comienzo. Vegetta se veía muy contento, no le prestaba mucha atención a la guerra de el exterior.

– Me alegra mucho que vinieras a hablar conmigo ¿Que te trajo hasta aquí? – Preguntó Vegetta. Tenía mucha curiosidad por el Argentino, llegó de repente en plena guerra, era extraño.

– Es difícil de explicar...– El Oso se rascó la cabeza, sin saber explicar lo que tenía planeado hacer. – Quiero ayudar a Quackity y a Luzu a que se arreglen.

Vegetta se sorprendió, un extranjero que vino en plena guerra se le ocurre ayudar a los creadores de la guerra a arreglarse, muy pero que muy extraño.

– ¿Estás seguro que quieres hacer eso? Digo, porque es muy difícil, hasta para mí – El español se preocupó un poco por Spreen.

– Tranqui, yo puedo, y para eso, necesito información sobre ellos. – Dijo el Oso, dando a entender a Vegetta que quería información, esté comenzó a contar varias cosas que sabía de Luzu y algunas de Quackity, sus diferencias, las muchas razones por las que su amistad se rompió, y las cosas que les molestan. Pasó un rato y Spreen se había enterado de algo bastante inesperado.

– Anteriormente, si no mal recuerdo, Luzu y Quackity estaban en una relación amorosa o de pareja, no recuerdo muy bien, por lo que me contó Luzu y de varias actitudes que tenían los dos...– El Español hablaba, recordaba cada momento cuando el pueblo estaba bien, no había guerras, ni problemas, un pueblo de puras amistades... cómo extrañaba esos tiempos – Fueron tiempos inolvidables... – Se deprimió al caer en sus recuerdos.

Spreen estaba sorprendidisimo, no sabía como reaccionar ante aquel dato tan importante de Luzu y Quackity. Al escuchar la voz ronca de Vegetta, se levantó de su silla, para consolar al español. – Tranquilo Wacho. Voy a hacer lo posible para arreglar esto. – Acarició su hombro con dulzura.

– Eso espero... te deseo muchísimas suerte – Vegetta Dijo sonriendole tiernamente. El español se puso frente al Oso, extendió los brazos, esperando un abrazo del Argentino. Había mucha diferencia de estatura, Vegetta era más alto que Spreen, se notaba, Spreen llegaba hasta el hombro de el español.

Spreen no era de esos que abrazaban o demostraban algún tipo de cariño, al principio le costó aceptar el pequeño gesto de agradecimiento del español, pero al ver que éste no decía nada y sonreía con toda la inocencia del mundo, acepto aquel abrazo. Cálido, como una suave manta, cómodo, como una almohada de plumas. No solo era un gesto de agradecimiento, si no una única muestra de esperanza.

Se sintió cómodo con eso, apoyó su cabeza en el pecho del español, se sentía tranquilo, un pequeño abrazo que despejaba todo el estrés que siempre llevaba encima, como si eso era lo que necesitaba.

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Al salir de la casa, Spreen saludó al Español, tranquilo, relajado, feliz más que nada. Ya tenía la información suficiente para hablar con Luzu y Quackity.

Spreen revisó su celular, varios mensajes de Betra estaban allí, diciéndole que estuvo semanas intentando reparar la máquina, es raro ¿no? Al parecer, la línea temporal de los 2 mundos era diferente... y desde que Spreen llegó... solo pasaron horas. En Tortillaland pasaron semanas... confuso para el Oso y trató de explicárselo a Betra, tratando de él mismo entender también la situación.

– Tengo sueño – Dijo en voz alta mientras bajaba de la gran montaña donde vivía su nuevo amigo Vegetta. Bostezó bastante agotado, día confuso, mente cansada.

Sapopeta le dijo que si el quería, podía ir a la fábrica para que él le diese una habitación para dormir algunos días, hasta que su "visita" terminará. Dudó que fuera mucho tiempo.

El oso se dirigió a la fábrica, con dificultad por el cansancio que tenía, la fabrica estaba demasiado lejos para poder llegar caminando, debía correr para llegar, pero llegaría muerto hasta allí. – La puta madre. – Suspiró mirando al cielo con odio en su tono de voz.

– ¿Hola? ¿Quién eres y qué haces aquí?

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♡𝔖𝔭𝔯𝔢𝔢𝔫 𝔢𝔫 𝔎𝔞𝔯𝔪𝔞𝔩𝔞𝔫𝔡♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora