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Miró hacia todos lados, buscando a un ser vivo en esa casa, creía que estaba abandonada y solo caminaba al rededor de ella, buscando a alguien.

Al ver que no había nadie en el exterior de la casa, solo se le ocurrió entrar a la casa. Lamentablemente esta tenía una puerta reforzada.

Spreen ya sabía que lo que pensaba hacer era totalmente ilegal, pero quería investigar.

Tomo su pico y comenzó a picar una parte de la pared de la casa para entrar.

Ya estaba en el interior o miro hacia todos lados, quedando sorprendido por la cantidad de cofres que había ahí ¿Qué guardaba?

Spreen algo curioso, revisó uno de los cofres que estaba allí. Nada, Solo madera, palos y hojas.

Al darse cuenta, Spreen ya tenía un cuchillo en el cuello, alguien al parecer lo estaba atacando.

– ¡¿Quien chucha eres y que haces en mi casa?! – La voz gritona de un chico interrumpió el silencio que había ahí.

Spreen, con sus habilidades, rápidamente se quitó el cuchillo del cuello y rápidamente sacó su espada, quedando frente a frente con el chico.

El oso al ver a la persona que lo había amenazado, quedó sorprendido. Un chico con un parecido a un pato y con una gorra, pantalones negros y vestido de ropa extra grande era quien lo había amenazado, parecía inofensivo.

– ¿Yo? Yo soy Iván Spreen. – Dijo este alejándose de los cofres. – ¿Y vos sos?

El chico miró desconfiado al Oso, pero finalmente contestó – Soy Alex Quackity. – Guardó su cuchillo.

Spreen guardó su espada, quedando los 2 sin nada mirándose entre sí.

– ¿Que hacías tú en mi casa? – Preguntó el chicopato mirándolo.

– Recién llegues este pueblo y quería investigar. Vi tu casa y vine – Dijo algo apenado – No sabía que vos vivías acá.

El chicopato asintió con la cabeza y fue hacía unos cofres que estaban detrás de él Oso.

Fue abriendo el cofre y de ahí sacó un arma, mostrandosela al Oso.

– Estas cosas son ilegales aquí en el pueblo, pero yo lo tengo. – Dijo Quacks con una sonrisa de lado, una cara de venganza o algo así.

Spreen tragó saliva, creyó que iba a dispararle pero solo vio que el chico le entregaba el arma, a lo que no se negó.

– Se que eres nuevo, y necesitas esto para defenderte – Dijo el chicopato luego de entregarle el arma.

– ¿Es necesario esto? – Preguntó el Oso algo nervioso.

– Muy necesario mi compadre, el alcalde es un pendejo que no sabe controlar a sus guardias y en cualquier momento te pueden balacear. – Respondió Quacks algo enojado.

– ¿Pendejo? ¿Y por qué? – Preguntó el Oso.

– Pues por que si. - Sin ganas el pato salió de su casa.

Spreen no era capaz de entender una mierda de lo que estaba sucediendo, solo trataba de sacarle información a cada uno de los ciudadanos.

- No da boludo, pasa contexto. - Decía Spreen siguiendo al mexicano.

- No quiero hablar de ese tema. - respondía sin ganas

Al notarse, Quackity guiaba a Spreen a la salida, ese pato no quería visita alguna.

No tardo mucho al correr al Oso de su casa, y este no lo pensó 2 veces, se tiró al agua y comenzó a nadar hasta la orilla. A mitad de camino, recordó que estaba el puente – A claro, soy un pelotudo - se decía así mismo.

Al llegar al otro lado, se había cansado, no le gustaba nadar mucho a este, y solo se recostó en el suelo con los pies en el agua.

No fue mucho tiempo que estaba despierto, cerró sus ojos y planeaba dormir... pero algo lo despertó.

- ¡Hombre! ¿Qué haces tú aquí tirado? - Escuchó la voz de un chico.

Spreen abrió los ojos rápidamente y pudo observar a un híbrido igual a el, un oso pardo.

- ¿Quién sos? - Preguntó Spreen mirando al híbrido.

- Tranquilo, venía a casa de Quackity y te vi tirado. - Dijo algo tranquilo. - Soy Rubius.

Spreen lo miró de arriba a abajo, suspiró - Soy Iván Spreen.

- Pues hola Iván ¿Que hacías aquí tirado? - Preguntó curioso.

- Y bueno, El pato ese me sacó de la casa. - Dijo el de lentes mientras apuntaba a la casa del lago.

- Uh, que mal... Quackity está bastante mal estos días, disculpalo - Dijo Rubius poniendo su brazo en el hombro de Spreen.

- No sé Wacho, me quiso cortar el cuello. - Dijo acariciando su propio cuello, mientras ponía una cara aterrada.

- ¿Enserio? Nunca vi que Quackity fuese capaz de hacer eso... - Dijo este algo preocupado.

- ¿Vos sabes que onda con este pueblo? - Preguntó Spreen algo impaciente.

El oso quería saber a toda costa que había pasado en Karmaland, no era el que el conocía.

- ¿Por qué estás tan ansioso por saber que le pasó a Karmaland? - Preguntó Rubius algo curioso.

Este se encogió de hombros y miró hacia otro lado, algo nervioso también...

. . .

♡𝔖𝔭𝔯𝔢𝔢𝔫 𝔢𝔫 𝔎𝔞𝔯𝔪𝔞𝔩𝔞𝔫𝔡♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora