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Brasil temblaba ligeramente ante los repentinos giros del aire frio que amenazaban con apoderarse de la tarde, lamentaba ligeramente no haber traído una chaqueta más apropiada, aunque en su defensa, jamás pensó que estaría dando vueltas alrededor de esas ruinas en primer lugar.

Sin duda habían sido días bastante ajetreados y sobretodo estresantes. En ese mismo momento el susodicho trío de delincuentes estaban haciendo quién sabe qué para recuperar esa piedra, cosa que lograba ponerlo ciertamente nervioso, odiaba los secretismos que acarreaba el grupo, sobretodo de parte de Guatemala.

Graciosamente era una tarde tranquila, aunque algo nublada. Respiró hondo dejando que el aire con el olor de la maleza inundará sus pulmones, hacía mucho que no salía a lugares así, y ciertamente era reconfortante, si buscaba algo positivo a todo esto, por fin había podido apartarse de sus pensamientos, aunque fuese redirigido a tener que soportar a alguien tan desquiciante.

Pateó una piedra y está salió rodando hasta chocar con algunas más en su camino, ya había pasado mínimo algunas horas desde que se habían separado en sus respectivas tareas, el cielo estaba casi oscuro y Brasil comenzaba a preocuparse de cierta manera.

Se acercó a la entrada asomando su cabeza muy ligeramente, cosa que fue absurda pues lo único que podían observaba hacia el interior, era un tramo del pasillo al que le llegaba la poca luz de la tarde _"¿No se suponía que era algo que no tomaría tiempo?"-

El edificio era ciertamente grande por lo que suponía que habrían bastantes cuartos que revisar, y si no estaban completamente seguros del paradero de la piedra, podría entender la tardanza, sin embargo, las horas pasaban y tampoco habían realizado un plan de emergencia en caso de problemas.

Chasqueó la lengua nervioso, respiró hondo y se adentró con cuidado, a diferencia del exterior, dentro de la gran estructura destacaba el polvo y la humedad lo que lograba que su nariz picara de una manera nada agradable, desgraciadamente no podía permitirse el lujo de estornudar debidamente, prefería no poner a prueba el eco que soportaban esas paredes.

Sujetándose la nariz siguió hacia la derecha, al menos ese era el camino que juraba haber visto tomar a los otros tres al aventurarse en la misión. Siguió y siguió entre los oscuros pasillos apenas iluminando el paso con aquella linterna barata entre sus manos. El silencio era abrumador, era como si se acercara cada vez más a un abismo del que era imposible volver, parecía un laberinto sencillo, sin embargo la nula iluminación creaba la sensación de caminar en la misma posición, como si una cuerda le impidiera moverse hacia adelante.

Tragó enfocándose lo más que pudo, tenía que encontrar a esos tres y asegurarse de que todo fuera correctamente, y con suerte no le gritarían por inmiscuirse donde no le habían llamado, en su defensa mínimo uno de ellos debería haberle traído actualizaciones, ahora que lo pensaba, estas instalaciones probablemente no estaban abiertas al público, si su jefe supiera de las cosas en las que se estaba adentrando probablemente ya estaría en la calle, sacudió la cabeza.

No había pasado demasiado pero su cuerpo parecía haber estado caminando durante horas, daba gracias a que no era claustrofóbico. Finalmente una pequeña puerta en uno de los extremos soltaba una ligera luz a lo que atribuía a una de dos cosas, o eran ellos, o los famosos roba piedras que probablemente también causaron el gran revuelo en el apartamento. Se acercó en silencio apagando su linterna y asomó cuidadosamente la cabeza, no había gran cosa en esa sala, parecía principalmente vacía, aunque la luz que desprendía la vela colocada estratégicamente en una mesa central, tampoco le dejaba mucho radio de observación.

Entrecerró los ojos con la esperanza de que eso le permitiera ver algo más desde su lugar. Casi pega un brinco cuando vio un bulto en el suelo moviéndose lentamente en una de las esquinas húmedas, destacaban sus ojos color carmín que parecían desprender un brillo en la obscuridad. Cuándo ambas figuras se vieron a los ojos, Brasil no pudo evitar parpadear rápidamente, lo que provocó que perdiera de vista al contrario.

°•Aroma a café y chocolate•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora