Perdón y alguien afuera

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– ¿Qué se supone que investigas? ¿Ah? –dije o casi grité a Kyle.

–Ya olvídalo, no hay nada más en internet, si quieres busca tú, ese dato no sale en ninguna página, al parecer los Cage saben ocultar secretos.

–OK, dejemos el tema atrás.

Marine ya había llegado, pero no sin que antes guardáramos todo lo utilizado en una bolsa, para luego botarlo fuera, porque conociendo a Marine ella se percataría si veía algo como vengas y algodón en el traste.

Ahora estábamos en mi habitación, yo no paraba de decirle a Kyle de cómo se le había podido pasar algo tan importante, y ella no paraba de decirme que no sabía lo que había pasado, le exigí que investigara más, mientras yo iba a la cocina por algo de comer.

Me levanté de la cama para ir a la cocina.

– ¿Qué te traigo? –pregunté, la verdad es que ya casi estaba terminado el trabajo de trigonometría, yo había decidido colaborar, no sin antes por supuesto hacer que Kyle investigara más a cerca de la familia de Joshua, sorprendentemente no encontró nada.

–Lo que sea, pero tráelo ya, muero de hambre–dijo ¿molesta?, oh vamos, no se puede haber enojado ella fue la que cometió el error, no yo.

– ¿Estas molesta? –pregunto ofendida, yo soy la que debería estar molesta, no ella.

–No, como crees, si tu mejor amiga te dice, te reclama y recalca que pudo haber echado todo a la borda todo el puto tiempo, tú no te enojas, para nada–dice, vamos tan malo fue¿?.

Vamos, sabes que sí

Estúpida voz interna, ahora me siento mal, perfecto.

–Ok, ok, perdón, es solo que bueno...–me mira molesta, vale se me paso la mano, pero no soporto que este enojada conmigo–vamos, perdóname–digo haciendo puchero.

Sí, haciendo puchero ni yo me lo puedo creer, nunca hago puchero, ¡Dios! ¿Qué me pasa?

–Ok–dice dudando, yo también lo haría, NUNCA HAGO PUCHERO, lo juro, en todas mis peleas con ella, nunca lo he hecho–solo no lo vuelvas a hacer, ¿OK?

–Sí–asiento, no sé si se refiere a lo de echarle la culpa de todo o a lo del puchero, pero espero no hacer ninguna– ¿estoy rara no? –pregunto, yo misma me desconozco, ella asiente.

– ¿Sabes?, creo que yo iré por comida, tu quédate aquí–yo asiento como estúpida, esto es rarísimo y ella lo sabe.

OK, quizá cualquiera diría "Vamos no es para tanto" o "Ni que fuera cosa del otro mundo", pero para mí esto es raro, yo estoy entrenada para no demostrar afecto o compasión o... más precisamente para no sentir nada, algo está mal.

Pero la pregunta del millón es ¿Qué? ¿Qué me pasa?, salgo de mis pensamientos, cuando escucho el vibrar de mi celular y me descompongo cuando leo el nombre del identificador de llamada.

No sé si contestar o no, digo debería pero no sé qué decirle algo como... "Vale, lo siento pero no podía echar abajo todo porque estuvieras aquí", en teoría él sabe que no puedo pero... no sé, ¿Qué demonios me pasa?

– ¡Adriane! –Brinco del susto, Kyle está en frente mío– ¿Qué tienes? ¿Por qué no contestas?

–Es Robert–su cara cambia radicalmente ahora expresa miedo.

–y... ¿qué le vas a decir? –mierda, no sé.

–No...–no sé–no le  voy a contestar–sé que me arrepentiré pero... no puedo, no sé qué decirle.

La chica del tatuaje rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora