Capítulo 1.

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Llevo aquí alrededor de una hora y media, eso es lo que pasa cuando tienes que ir al café internet para poder imprimir tus trabajos, nada de esto pasaría si tuviéramos una impresora, supongo que hemos gastado mas en impresiones y copias a lo largo del último año de lo que podríamos haber gastado en una impresora, eso me pasaba por hacer todo de último momento, me tocaban las señoras que no saben usar una computadora y tienen que venir a que el chico del café internet les ayude a redactar un documento, acabo de cumplir un año de haber conocido a Max, él sin duda alguna es y será la mejor persona en el mundo entero, quien diría que yo terminaría siendo amiga de alguien tan dotado y ... bueno no sé, tan como él, mis padres, no aprobaban que yo estuviera con él, pero sinceramente, ¿A quién le importa? Los amigos los tenía que hacer yo, no ellos, realmente detesto cuando empiezan con sus ideas de prejuicio, todavía escucho sus irritantes voces en la cabeza, "Es un vándalo" "Esa música que escucha no me gusta" "¿Estas segura que no es satánico?" " La vecina me dijo que era muy irrespetuoso", y de hecho ese era el problema, la vecina, y no solo la de al lado, sino todas esas viejitas ociosas que viven de una pensión del gobierno y de hacer chismes, no entiendo que ganan con eso, después de todo, él no es malo, de hecho yo lo definiría como todo lo contrario, él es un chico que aunque tiene apariencia de ser muy duro o malo, al conocerlo bien es tan dulce y tierno, y en realidad el escuchar metal, o rock, no te hace satánico, mi madre piensa que me gusta Max, pero la verdad es que no viene para nada al caso, uno ya no puede tener amigos hoy en día, sino las viejitas de tu colonia comenzaran a decir que eres peor que una lata de chipotles, nadie sabe por dónde les cabe tanto chile, y pues la verdad, esas viejitas son de las mayores influencias de hoy en día, pero ya no me importa, desde que él se mudó a la colonia, me siento segura, y no es porque él sea un gran chico con bíceps ni nada por el estilo, pero siento que desde que el llego le puedo contar como me fue en la escuela, las cosas que me hartan de mis papas, o de mis hermanos, me siento más feliz, hay veces en las que el simple hecho de poder sentir su calor, o escuchar su ronca voz me hacen sentir tranquila, y es lindo, y eso está bien, una voz un tanto grave me interrumpió de mis pensamientos, era el chico, había terminado con la señora.

-Hola, me preguntaba si puedo imprimir esto a color, pero también por los dos lados.-Trataba de ser específica para que mi trabajo quedara bien.

-Emm, lo siento, no tengo para imprimir a color.

Haber, contrólate, no te alteres... Fue lo primero que me vino a la mente al escuchar ese conjunto de palabras.

-Muy bien, entonces a blanco y negro.- Claramente mi trabajo no estaría en el pizarrón, exhibido con los mejores trabajos, pero faltaban menos de 24 horas para entregar el trabajo, el chico me entrego mi trabajo, y yo lo doble como correspondía, al llegar a casa, deje mi chamarra en el perchero, y guarde mi trabajo, subo a mi habitación, y me desabrocho el brassier, lo trato de sacar por una manga, pero en realidad nunca fui buena en eso, al lograr deshacerme de ese artefacto de demonio me suelto el cabello y empiezo a masajear la raíz, estaba realmente muy tensa, me dirijo hacia el baño, y me miro al espejo, hay veces en las que me doy un poco de risa, y no por ser ridícula o algo así, sino que simplemente por mi aspecto, con esos ojos tan grandes y ese cabello tan... rizado e irremediable, suelto una pequeña risa y abro la llave caliente, pongo mi playlist para el baño y me meto a la regadera, la primera canción que suena es Robbers- The 1975, esa canción me recordaba tanto a Max, cierro los ojos y me concentro en la letra.

"God only knows but you never leave her"

(...)

"You've got a pretty kind of dirty face"

(...)

"She says bae you look so cool"

Esa cancion era simplemente preciosa, enjuago mi cabello del shampoo, me lavo el cuerpo con el gel de baño, y salgo de la regadera, me visto, y empiezo a cepillar mi cabello, al terminar bajo y tomo una manzana, le doy un mordisco y veo como se queda la marca de mis dientes separados, me gustaban mucho, eran inusuales, algo que no podías encontrar en todas partes, suena el timbre de la puerta, oh ese horrible timbre, odio como suena, ese sonido es tan abrumador, me apresuro a abrir antes de que siga sonando, era Max, me alegraba de verlo.

La chica de los rizos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora