Historias de la familia Targaryen- Mundo real

Prólogo

Hola a todos! Como ya saben los que han leído los one- shot que hago, había unos one shot que me pidieron que se transformaran en historia, y acá vamos. Como no he tenido tiempo de actualizar lo demás, acá van historias cortitas sobre Daemon y Rhaenyra en mundo real.

Serán desde el humor más que nada y dudo que haya drama y si lo hay será desde el humor.

Besos y abrazos y no olviden comentar jeje.

Daemon y Rhaenyra llevaban 6 años viviendo en el condominio Targaryen, pero las cosas allí eran cada vez más complejas.

Las reuniones familiares, eran lo peor de todo y fue una reunión familiar lo que acabó con toda la paciencia de Rhaenyra y Daemon.

Rhaenyra se llevaba bien con sus hermanos, y Daemon, de cierta forma había aprendido a tolerar a sus sobrinos. 

El problema no eran ellos, el problema eran los Hightower, que ahora vivían todos en el condominio Targaryen.

Primero había sido Otto pues Alicent había dicho que no podía estar lejos de su padre, luego había sido el hermano de Alicent, Gwayne Hightower, y luego había sido toda su familia que vivían en varias casas del condominio.

La celebración de Pascua, fue la celebración que acabó con toda paz que hubiera entre Rhaenyra y Alicent y ya que su padre no estaba dispuesto a divorciarse de Alicent, Rhaenyra y Daemon tomaron la decisión de marcharse ellos.

Daemon y Rhaenyra tenían tres hijos menores, Aegon, Viserys y Visenya, pero a sus hijos mayores también les gustaba celebrar pascua.

Junto a sus hijos mayores y también junto a Aegon el mayor, Daeron, Helaena y Aemond, habían preparado pascua para los niños. 

Habían escondido huevos de chocolate por todo el condominio para que los niños los buscaran.

Había sido una tarde entretenida, de no ser porque Otto Hightower y Alicent en la noche ordenaron a los sirvientes que sacaran todos los huevos porque ''su familia no fomentaría la obesidad infantil''.

Cuando en la mañana Rhaenyra confrontó a Alicent, Alicent trató a Visenya de fea y gorda, y Rhaenyra le volteó la cara de una bofetada. Alicent respondió y Otto Hightower las separó tomando a Rhaenyra de los brazos, pero entonces, Daemon lo golpeó a él por lastimar a su esposa y todo eso terminó con Otto en el hospital con la nariz fracturada y una amenaza de que pondría una denuncia contra Daemon.

Ellos decidieron irse, porque no soportarían más viviendo cerca de esas personas.

Viserys no se opuso porque entendía que eso sería insostenible.

Cuando ellos anunciaron que se irían, los hermanos de Rhaenyra no quisieron quedarse, no podían, no podían vivir allí en esa locura, no lo soportarían, así que sin pensarlo, hicieron todo para irse con ellos.

Rhaenyra buscó casas cerca de la playa por internet, y compraron una en Nueva Orleans sin siquiera verla antes, el lugar era hermoso y a las afueras de la ciudad , era un lugar tranquilo, y podrían vivir cerca de la hermosa cultora de Nueva Orleans.

Los hijos de Rhaenyra tenían diferentes edades: Jace tenía 16 en ese entonces, Luke tenía 15 y Joffrey tenía 13, Las hijas de Daemon, Baela y Rhaena, tenían 15 años, y tenían 3 hijos juntos, Aegon de 6, Viserys de 4 y Visenya de 3.

Ellos se acostumbrarían rápidamente porque estaban cansados de vivir cerca de los Hightower.

Dos días antes de que se fueran, ellos aún no podían convencerlos de irse con ellos, pero Aegon de en ese entonces 19, se había abrazado a las piernas de Rhaenyra suplicándole que no lo dejara allí, que sin ellos sería imposible soportar vivir rodeados de tanta locura.

- No puedes venir con nosotros Aegon, estás en la universidad- dijo Rhaenyra y él negó.

- Me puedo cambiar de sede, hay una en Nueva Orleans, por favor- rogó Aegon y Rhaenyra terminó cediendo.

Helaena se había abrazado a Baela llorando en silencio, y no tuvo que decir una sola palabra, cuando Daemon la había abrazado y consolado y dicho que si iría con ellos. 

Aemond  de en ese entonces 17, por su parte sabía que no tenía que convencer a Rhaenyra, ella diría que si, tenía que convencer a su tío, que era el más difícil de convencer. 

- No- dijo Daemon secamente- Sigues en el colegio- respondió Daemon siendo duro con él.

- Tío por favor, te juro, te juro que rendiré exámenes especiales para graduarme del colegio antes de terminar el año- rogó él aferrándose a su tío y humillándose- Por favor no me dejes en esta casa de locos, te lo ruego, rezan antes de cada comida, por favor tío- rogó Aemond y cuando Daemon vio que había lágrimas en sus ojos terminó cediendo no sin antes advertirle que cualquier error que cometía volvería a su casa.

Alicent se indignó con eso, y no dejó que Daeron fuera también, pero Daeron iría, no importaba cuanto costara, y sus hermanos desde luego lo ayudaron.

El camión de mudanza estaba listo a pesar de que habían comprado la casa amoblada, y todos partirían en los automóviles de Rhaenyra y Daemon.

En el automóvil de Rhaenyra quedaba un pequeño espacio en el maletero, y Helaena ayudó a Daeron a meterse allí, mientras colaban sus maletas en el camión de mudanza.

No contaron con que un movimiento brusco haría que una de las pesadas maletas que iban en el maletero de Rhaenyra, cayera sobre Daeron y gritara.

Rhaenyra detuvo el auto, y más adelante se detuvo Daemon, abrieron el maletero, y Daeron estaba allí con la nariz sangrando.

Luego de regresar y llevarlo al hospital, Viserys autorizó que se fuera con ellos, aunque no sin estar furioso con sus hijos por querer abandonarlo.

Ellos ni siquiera se molestaron cuando él les dijo que no volvería a hablarles, se fueron con Daemon y Rhaenyra y el día que eligieron habitación fue el más feliz de sus vidas.

Incluso cuando Daemon les dijo que todos deberían ayudar a hacer las reparaciones e instalaciones ellos estuvieron felices.

El primer día de reparaciones,  Rhaenyra dijo que ella se encargaría de que Visenya, Aegon el menor y Viserys no se pusieran en riesgo y salió con ellos al centro comercial pues quería comprar cosas necesarias para el hogar.

Daemon sabía que su esposa lo hacía para no soportarlo porque era insufrible cuando se trataba de reparaciones y carpintería.

Sus hijos y sobrinos se ofrecieron a ayudarlo encantados, pobres ilusos, hasta él asumía que sería un infierno para esos niños.