— Sousuke, cariño, ¿hay algo que quieras contarme? — Aquello puso los pelos de punta al ojirosa, ¿acaso lo había descubierto hablando con el rubio?
— No, nada, mamá. ¿Por qué piensas eso? — Fingió tranquilidad; por suerte, pudo evitar tartamudear.
— Sou, tus notas... están bajando. — Afirmó directo y firme con semblante serio dirigiéndose a su vástago. — Además, ya ha pasado una semana desde que Kou-kun no va a la escuela y no pareciera que lo hayas extrañado ni un poco. ¿Tal vez, alguien más entró a tu corazoncito? — Instantáneamente pasó a un semblante cariñoso, formando una pequeña voz aguda causándole un poco de gracia al menor al mismo tiempo de causarle incomodidad.
— ¿Qué? ¡No! Mamá, ¿qué se te pasa por la cabeza? Obviamente que no va a existir alguien más lindo que yo. — Imitó ofenderse. — Es solo que... — el cerebro de Mitsuba estaba en constante funcionamiento, trabajando lo más duro posible para poder crear una excusa que tal vez le dejaría sin dudas a su mamá durante unos días — los maestros. Sí, no sé cómo consiguieron un trabajo en la Academia, son muy malos explicando. No les entiendo nada.
— ¿De verdad, Sousuke? Puedo presentar una queja, si es así.
— ¡N-no! Mamá, está bien. Solo es la presión del momento, eso supongo. No es necesario que llegues a esos extremos, mami. — Su cara apenada hablaba por sí mismo. Era claro que algo estaba ocultando, y la mayor, sabía perfectamente como Sousuke le ocultaba las cosas metiendo pretextos y excusas en la conversa.
— Bueno, Sousuke. Cariño, sabes que puedes contar conmigo cualquier cosa que pase en la escuela, ya sea alguien te esté molestando o... — en ese momento, Sousuke dejó de prestarle atención a las siguientes palabras de su madre. Se concentró en lo último escuchado de su parte "alguien te esté molestando". Su mente dio vuelta atrás a su memoria y proyectó aquellos recuerdos claros con volumen y calidad en su mente. Aquellas imágenes de su abusador quien sometía a varios maltratos hacía él, mientras a lo lejos, veía al rubio acercándose con un aura feroz e hirviente. — ¿Sousuke? Hijo, ¿me estás escuchando? ¿Hola? — empezó a levantar su mano derecha imitando un ademán frente al rostro contrario para llamar su atención, lo cual a los pocos segundos, salió de su trance traumático.
— ¿Ah? Ah, no pasa nada. Perdón, estaba pensando en otras cosas. Sí... — el pelirosa lucía levemente fuera de sí mismo. Aunque disimulara tanto por ocultarlo, su madre conocía a su hijo más que a la palma de su mano —mas, eso no quiere decir que le dé la atención que merece para su edad—.
— Luces cansado, ¿por qué no vas a descansar? Mañana vas a la escuela y mejor no quitarte más horas de sueño.
— Tal vez tengas razón, buenas noches, bruja monstruo zanahoria. — Procedió a levantarse de la silla, dirigiéndose a su cuarto. Cuando menos se lo esperaba, el pelirosa se quedó quieto antes de entrar a su habitación. En silencio, su cabeza cabizbaja volteó a ver a su madre con una sonrisa. — Te quiero.
Después de aquello, la señora se encontraba desconcertada. Mas, solo le limitó a sonreirle de vuelta.
El pelirosa entró a su habitación perfumada de un nuevo olor a fresa con menta y limón. Aún así, un extraño presentimiento se acercaba a su ser. El rubio empacaba sus cosas decisivo, aquellas acciones alteraron un poco al contrario. No era mucho el qué empacar, solo la poca ropa que a veces su novio le traía directo de su casa sin ser visto. Al parecer, ambos se habían vuelto una pareja de criminales.
— ¿Q-qué haces?
— Empaco mis cosas, ¿no lo ves?
— Pero-.
— No. Lo he decidido, Sousuke. Estoy listo para irme y convertirme en un mejor hombre. Para ti y para los demás, para mi familia y amigos. Estoy completamente seguro a no rendirme hasta que ustedes se sientan orgullosos con la persona que soy. Y ya sé lo que estás pensando, probablemente no lo consiga y quede decepcionado de mí mismo; pero confío en mí, y hasta que eso perdure en mi ser, no me rendiré hasta que llegue ese entonces.
— Bien. Si ese es el caso, te dejaré libre, Minamoto Kou.
Estrofa 1 finalizada.
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𝑯𝒊𝒅𝒆 [𝐌𝐢𝐭𝐬𝐮𝐊𝐨𝐮]
FanfictionAU. Después de aquel asesinato en la residencia Yugi, la misma imagen se colgaba en las calles de aquella ciudad en Japón. Mitsuba iba caminando sin rumbo alguno, se detuvo al ver la imagen de su enamorado rubio. "𝘚𝘦 𝘉𝘶𝘴𝘤𝘢." ___...