Una pequeña historia (One Piece X Reader) ONE-SHOTS

Ace x Male!Reader +18

Pedido de GT_Ackergirl (Anotado el 9 de Junio del 2021)

—Maldita sea... Ni se te ocurra morir ahora, pedazo de mierda... —Susurró el joven mientras arrastraba fuera del agua con dificultad a su amigo pecoso.

___ aún no podía comprender todo lo que había sucedido en tan poco tiempo... Recordaba que él y Ace habían zarpado del barco de su padre para una misión pequeña y simple, se encontraban en sus propias balsas... El pelinegro en el Striker potenciada por su habilidad de fuego y él en un pequeño bote que se encontraba atado al mástil de la embarcación del pecoso. Los primeros días de viaje todo había ido perfectamente bien... Hasta que llegó la gran tormenta que por poco los mata.

—(Primera vez que agradezco no ser un usuario...) —Apretó los dientes, llegando hasta la orilla de aquella playa.

El bote de ___ había sido volcado por las marejadas y Ace se distrajo con él, provocando que fuera golpeado por una ola y cayera al agua, hundiéndose en ellas sin poder hacer nada para salir a la superficie.
Por suerte su amigo notó a tiempo lo sucedido y no dudó en sumergirse para tomarlo del brazo y nadar a una isla que se encontraba a la vista.
El pecoso se encontraba debilitado por el océano, por lo que apenas podía mantenerse consciente mientras que el joven peli-___ (c/c) nadaba desesperadamente hasta llegar a la orilla.

—Llegamos a tierra... Nos salvamos... —Jadeaba fuertemente al dejarse caer sobre la arena. —Ace... ¡Ace! —Comenzó a asustarse al notar que su amigo tenía los ojos cerrados y su pecho no se movía. —¡Imbécil, despierta!

A pesar de tener sus extremidades debilitadas por las horas de nado, comenzó a darle respiración boca a boca para luego hacer compresiones en su pecho. Se mantuvo así por lo que le pareció una verdadera eternidad, gritando entre compresiones el nombre de su amigo y pidiéndole que abriese los ojos nuevamente, casi comenzando a llorar.

—¡Despierta, maldito hijo de Roger! —Gritó desesperado, derramando lágrimas mientras le daba una fuerte bofetada en su desesperación para luego volver a darle respiración boca a boca.

—(¿Dónde...?) —Poco a poco la mente del pecoso comenzó a despejarse, aunque seguía hundida en las tinieblas.

Sentía su cuerpo adolorido y debilitado, su cabeza se sentía como si le hubieran golpeado con un martillo una y otra vez o como si hubiera bebido toda la noche sin detenerse un instante, sentía su piel húmeda y su pecho parecía arder fuertemente, como si fuera a explotar. De repente sintió una extraña presión sobre sus labios, provocando que lentamente abriese sus ojos y observara una gran mancha delante de él, la cual reconoció a los pocos segundos.

—(¿___...?) —Sintió que sus labios volvían a ser presionados y que su nariz era apretada con fuerza.

De repente cerró los ojos con fuerza y comenzó a toser como nunca antes en su vida. Sus pulmones ardieron hasta el punto de parecer que se estaban quemando, sentía que no podía respirar, por lo que tuvo que apoyarse de lado en la arena mientras que llevaba una de sus manos a su cuello como si aquello pudiera ayudarle a recuperar el aire. ___ se apartó casi de inmediato, cayendo de trasero sobre la arena, jadeando fuertemente y mirando sorprendido a su mejor amigo.

—¡Ace! —Exclamó entre jadeos ___, aliviado de ver a su amigo vivo.

—¿Qué... Pasó...? —Preguntó tosiendo con fuerza, provocando que agua salada cayera de su boca.

—Nos atrapó la tormenta... Por poco te ahogas... Cuando estábamos llegando a la orilla, una ola nos hundió... Por suerte pude sacarnos del agua cuando descubrí que no respirabas, así que tuve que hacer compresiones y darte respiración boca a boca. —Suspiró ___, calmando su respiración. —No puedo creer que las lecciones de Marco realmente sirvieran de algo...