Las Mascaras de Media Noche

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Debería estar feliz por su boda. Se acababa de casar. Era el sueño de muchas personas. Pero no el suyo.

Era un día alegre para muchos.

Pero para él no.

Veía por lo ventana en silencio, mientras que su marido le hablaba sobre algunas cosas que no tenían importancia.

Al ser el próximo azar de Rusia junto con la maldición de ser un Omega. Se vio obligado a contraer matrimonio con un alfa de Alemania. El cual odio a el primer instante.

—No se porque te digo esto, no lo puedes entender, después de todo era un Omega—

Estaba considerando la opción de envenenarlo cuando fuera el momento ideal.

Volteo a ver a el alfa.

—¿Por qué esa cara tan seria? Sonríe, para eso estás—Ordeno mientras caminaban por el gran pasillo.

El solo soltó una sonrisa claramente forzada y luego volvió a a su expresión sería.

Solo un día de casados y ya desearía no estarlo. Es una pena que no se podía divorciar.

—¿Que te parece una fiesta de máscaras para celebrar nuestra unión?—Pregunto a su Omega

Abrió la boca para hablar. No le parecía tan mala idea cuando fue callado.

—O sabes algo, olvídalo, le preguntare a un consejal. Dudo que sepas que decir.

El solo lo vio con odio.

Un odio que siempre alimentaba en silencio.

—Ve para la habitación y ponte bonito para mí, hay que concretar el matrimonio lo antes posible—Despidio

No era por desearle mal a su esposo.

Pero esperaba que se pudriera toda la eternidad en el jeena, que tuviera la muerte más lamentable y patética que se haya presenciado en la historia.
Ay, que bonito sería presenciar eso.

Suspiró con pesadez. Es una pena que no se cumpliera sus deseos.

Parecía que su vida se hacía más amarga con cada segundo que pasaba.

Contemplando un futuro sin color. En donde era obligado a sonreir y obedecer sin reproches. En donde su único trabajo era dar descendencia a ambas familias.

Desde que descubrieron que era Omega su vida se vino abajo.

Aveces imaginaba que tenía una vida completamente diferente siendo un beta o un alfa.

En donde tenía un poco más de posibilidades y opciones.

En donde... En donde podía dejar está ridícula fachada de Omega que lo obligaban a usar todo el tiempo.

Tenía que usar ropa incomoda y hacer cosas que le desagradan solo para mantener la apariencia impuesta por la sociedad y por su esposo.

Usando guantes y corsé que impedían respirar bien y los cuales estaba más que seguro que causaban daños a sus órganos internos.

Estaba en su obligación usarlos porque eso marcaba la diferencia entre ellos y los campesinos. O eso era las órdenes que tenía impuestas ya que a su esposo no le gustaba mucho la ropa tradicional rusa.

Nunca cerro la unión completamente.

Simplemente no quería hacerlo.

En las noches en donde su esposo ofrecía cerrar la unión, el inventaba una escusas para no hacerlo.

Noches en velas y té Donde viven las historias. Descúbrelo ahora