Madame defícit

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La emperatriz había estado dejando a veces en ridículo a la nueva amante del emperador a ojos de algunos sirvientes que le tenían cierta simpatía, era fría con ella y su séquito de damas de compañía eran hostiles con ella.

A ojos de la nobleza solo era una muestra de debilidad en la gran mujer de hielo, la emperatriz rara vez se envolvía en polémicas ya que era buena manteniendo limitados a sus círculos íntimos, pero desde la llegada de la esclava había mostrado una actitud curiosa a ojos de los demás, los chismes iban y venían hablando bien o mal de ella.

Desde la perspectiva de las damas de compañía era muy justificable el desgrado de la emperatriz a la esclava, no era para menos por como vieron como su majestad el emperador cambio a una gran mujer por una analfabeta que apenas mostraba un poco de sentido común cuando se debía tenerlo.

La polémica de la emperatriz y la amante de su majestad daba de que hablar en la nobleza de oriente que se inquieta y no se resistía a sacar suposiciones como la misma población del Imperio.

Aunque era claro que solo era por lo informal del título de amante oficial, pues no era noble o plebeya así que ¿Para qué darle tanta atención a esta esclava? en algún momento dejaría de ser el chisme del momento y este débil pajarillo con cara bonita nunca saldría a relucirse más que como la linda muñeca de su majestad, ingenua y de ojos apenas manipuladores que cada cierto tiempo le servían en la cama que compartía con Sovieshu.

No debutaría nunca en la alta sociedad o sus posibles hijos.

Tampoco la emperatriz dejaría que se sintiera más de lo que realmente era, no había punto de comparación por el cual alguna de las dos mujeres deberían disputarse por el puesto, la batalla de por si ya era ganada.

Bueno, Rastha no lo planeaba por la pequeña admiración que le tuvo a esta mujer que ahora la trataba como una piedra en su zapato, aunque no sabía como expresarlo en el primer día que la conoció mostró sus maneras de como ella la veía como lo que ella nunca fue.

Una mujer poderosa y feliz (Por que podía solo abrir la boca y el agua como la comida llegarían con la mayor facilidad sin necesidad de cocinarlo o preparar su mesa, el dinero era la felicidad )

La riqueza era la felicidad que todos los nobles sin darse cuenta disfrutaban por toda su vida, y ella nunca pudo.

Y ahora que se le abría esta posibilidad de ser una mujer rica ¿Cómo podría ser tan tonta para desperdiciarla?

Llámalo como quieras, podrá ser una perra esclava y aún así disfrutar del despecho de su majestad, solo por que así disfrutaría una mejor vida de lo que fue desde que nació.

Al menos así debía ser, hasta que una mañana simplemente todo cambió en ella devuelta al inicio.



Tal vez si podría intentar... quitarle todo a Navier fácilmente sin salir sucia de lo que haría.




Tan impecable estaba la habitación enorme que tenía ahora, nada que ver con el pequeño espacio que compartía con otras mujeres en la finca, tan sucia y incómoda.

Su cabello platinado rebotaba con sus rizos tan brillosos por los aceites que ahora implementaba, una vez que supo como cuidarlos correctamente cada noche se aplicaba la fórmula para tenerlos tan perfectos como ahora.

Con algo de impaciencia movía el anillo en su dedo, desarrollo este pequeño hábito de al menos tener anillos como este desde el primero que le regalo su majestad, y desde entonces no tuvo que avergonzarse de ocultar sus manos.

El perfecto final para la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora