"las promesas estan llenas de mentiras"
Las promesas son peores
que mentiras. No
solo hazles creer,
tú tambien hazlos
tener esperanza.
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"BUENOS DÍAS, SAM". Adelaine dijo con cansancio cuando entró en la cocina.
"Oye." Dijo que se voló para mirarla con una sonrisa lateral. "Estaba a punto de ir a despertarte, ¿por qué te levantas tan temprano?" Preguntó confundida, mientras seguía trabajando en el desayuno para los dos.
"No lo sé... Apenas dormí un ojo. Supongo que tengo demasiadas cosas en la cabeza". Se encogió de hombros, tratando de no darle importancia.
"¿Quieres hablar de ello?" Sam colocó un plato con algunos huevos y una tostada quemada frente a ella, la vista haciendo que su estómago se agite.
"En realidad no". Ella dijo, alejando la comida de ella, una sonrisa comprensiva en la cara de Sam.
"Las cosas saldrán bien con Diana, no te preocupes". Ella dijo de forma tranquilizadora. Adelaine escuchó las palabras de su hermana, tratando de creerlas mientras se levantaba de la mesa y recogía sus cosas.
"Espero que sí". Ella dijo frente a ella: "Me voy, nos vemos más tarde".
Sonrió por última vez antes de ponerse el abrigo y la bufanda.
"Oh, lo olvidé, Gilbert vino temprano para decirte que no va a ir a la escuela hoy. Trata de no perderte al llegar allí sola". Se burló, antes de darse la vuelta y subir.
Gilbert no iba a la escuela hoy. Las palabras se repetía en su mente una y otra vez. Gilbert nunca faltaría a la escuela, le encantaba ir allí. Excepto su padre...
Adelaine salió de la casa, sus botas entraron instantáneamente en contacto con la nieve. Sus ojos se fueron hacia la pequeña cabaña que se podía ver en la distancia. Había humo saliendo de la chimenea y la mayoría de las luces estaban encendidas. Le dolía el corazón al pensar que el padre de Gilbert empeoraba cada día. Ella quería hacer algo, cualquier cosa, para que se sintiera mejor.
Así que con eso en mente, sus pies comenzaron a moverse distraídamente, dejando una marca en la nieve donde pisaron. Ella no podía comprender lo que estaba haciendo ahora mismo. ¿Fue una buena idea? Por supuesto que no, pero ella no pudo evitarlo. Ella quería ver cómo estaba, él quería verlo.
Se detuvo frente a la puerta, con el puño levantado hacia la puerta, pero se congeló antes de que pudiera tocarla. Ella agitó la cabeza hacia sí misma, dando un paso atrás.
"Esta fue una idea terrible". Ella susurró, dándose la vuelta para empezar a caminar de vuelta a donde venía.
De repente, la puerta detrás de ella se abrió, lo que hizo que Adelaine la mirara y se azotó. Gritó con una voz aguda, colocando una mano sobre su pecho.
