Marcos
- ¿Sí? - digo contestando la llamada de mi hermana.
- ¿Qué haces ahora querido hermano?
- ¿Qué quieres que haga por ti Cassie? - le pregunto sin rodeos - y respondiendo a tu pregunta, voy saliendo de la biblioteca.
- ¿Vives en ese lugar de empollones, o soy yo? - comenta divertida - pero me preguntaba... que si no tienes nada que hacer... podrías ir tu a comprar la comida de esta noche.
- Pero es tu turno - le recuerdo.
- Lo sé, pero no puedo ir a comprarla. Asique agradecería mucho que fueras tú, me harías un gran favor hermanito.
- Vale está bien - accedo - nos vemos luego.
- ¡Espera no cuelgues!
- ¿Qué pasa ahora?
- Compra comida como para otra persona más - dice.
- ¿Para quién? ¿No será que viene otra vez tu amiga? - le pregunto - me cae bien y todo eso Cassie, pero es que no acepta perder, y además ella...
- Elena - dice interrumpiéndome, y ambos quedamos en silencio - bueno adiós - se despide con prisa y cuelga.
No entiendo porque ha finalizado la llamada así. Supongo que no quería saber qué pensaba sobre que haya invitado a Lena. Aunque yo tampoco sé qué pienso, es decir, no es que me ilusione que ella venga a nuestra noche de juegos de mesa. La cual es una tradición que comenzamos Oliver y yo cuando comenzamos el primer año de universidad.
Más bien me genera un poco de expectación, hace un poco más de una semana que cenamos todos juntos.
Y desde entonces no hemos cruzado palabra alguna, a excepción de los holas y adiós cuando nos hemos cruzado. Mayormente esto sucede cuando muchas tardes salgo de la biblioteca, y la veo en el césped recostada en un árbol dibujando.
Mentiría si dijera que no me causa curiosidad saber que dibuja en su cuaderno, y descubrir cómo se ve el mundo a través de sus dibujos.
***
Toco el timbre y a los pocos segundos, Nicole abre la puerta.
- Llevamos esperándote mucho rato - se queja cuando se hace a un lado para que pase.
- Lo bueno siempre se hace de rogar- le digo guillándole un ojo.
Tomó el camino que lleva hasta la sala de estar encontrándome con, Oliver y Tobías discutiendo sobre a qué juego jugaremos hoy, nada nuevo. Y en el sofá están mi hermana y Lena, hablando y riendo como si se conociesen de toda la vida.
- ¡La comida llegó chicos! - grita Nicole a mi espalda llamando la atención de todos.
- Menos mal, me estaba muriendo de hambre - dice Tobías arrebatándole las cajas de pizza.
El deja la comida en la mesita que hay en el centro del salón, todos nos sentamos en el sofá o sillas alrededor de esta. Cada quién comienza a coger una porción de pizza. Y por el rabillo del ojo veo que Elena se acerca a mi pizza, y le aparto la mano antes de que coja una porción.
- Esta pizza es mía enana, aléjate, no me hago responsable de mis actos - le advierto, tomando la porción que ella estaba a punto de comerse.
- ¿Te acuerdas de que te comiste la mitad de mi pizza cuando entraste a mi habitación? - dice y coge una porción - me debes como dos pedazos mínimos. Y por favor para de llamarme enana.
- Esto no quedará así - le aseguro refiriéndome a la pizza - y no voy a dejar de llamarte enana, eso tenlo por seguro.
- ¿Pero por qué? - me pregunta sin entender porque la sigo llamando con ese mote.

ESTÁS LEYENDO
IKIGAI
RomansaY ambos estando sentados en la orilla del mar, vemos una estrella fugaz pasar. Esta se abre paso de una forma preciosa, atreves del cielo. - Si pudieras pedir un deseo a esa estrella fugaz, ¿Qué pedirías? - No sé si pido mucho, igual sí, no lo sé...