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Darien suspiró entrando a casa, estaba cansado del incesante parloteo de Misel, tanto que sus oídos pitaban sin descanso. Dejó la bufanda en la percha de la entrada y siguió caminando al interior notando algo extraño, Yulián no lo recibió como acostumbraba últimamente, la casa estaba en penumbra.

Darien encendió la luz y achicó los ojos adaptándose a ella, un bulto sobre el sofá se movió de forma extraña llamándole la atención. Dejó su maletín en la entrada y caminó hacia allí, la manta marrón dejaba ver un poco de pelo castaño diciéndole exactamente quién era.

Darien bufó caminando directo a su habitación e ignorando la situación ante sus ojos, se dio un baño, enredó la toalla en su cintura, y chasqueó la lengua, no podía dejar de pensar en esa maldita carga en el sofá.

Se colocó un pantalón y camiseta antes de ir hacia allí, no se había movido ni un centímetro, Darien torció los ojos y lo destapó.

Yulián estaba completamente dormido, su cara magullada, la camisa y el pantalón sucios debido a los golpes, estas eran las consecuencias de ese estúpido trabajo.

Darien buscó hielo, lo envolvió en un paño, también el kit que tenían en casa y volvió junto a él, Yulián abrió los ojos con esfuerzo y lo vio sentado en la mesa frente al mueble.

El Alfa se sentó más rápido que un rayo haciendo que todo su cuerpo doliese por lo que gruñó aferrándose al sofá, Darien negó colocando el hielo en su rostro.

—¿Te doy tanto miedo? —Yulián hizo una mueca agarrando el paño e intentó sonreír, de más está decir que no lo consiguió.

—No, es una pena que no pudiese hacer la cena.

Darien vio su camisa abierta dejando ver algunos golpes, algo grave había pasado como para tener a Yulián en este estado.

—Me sorprendería que lograras hacerlo. ¿Qué pasó?

—Nada importante —dijo mirando a un lado, Darien negó.

—Esto no pasaba antes  ¿Qué cambió? — Yulián mordió su labio inferior, si él no quería decirle es porque tenía que ver con su padre, así que Darien no intentó obtener más información de eso.

—Gracias por ayudarme.

—Haría lo mismo por cualquiera —respondió tomando un hisopo del kit y pasándolo por su labio agrietado con el desinfectante, Yulián ni siquiera hizo una mueca.

—Sé que lo harías, no te pareces en nada a tu padre.

—Quítate la camisa. 

—¿No vamos demasiado rápido? —preguntó Yulián con un puchero, Darien arqueó una ceja viendo su comportamiento infantil.

—Llevamos casados siete años, así que, aunque fuese de esa forma creo que más bien vamos atrasados.

—Me atrapaste —murmuró desabotonando la camisa y dejándola sobre el mueble, Darien deslizó la mano por cada moretón verificando que no existiese más daño que eso.

—Parecen ser sólo moretones, no hay costillas rotas.

—Tuvo cuidado —suspiró.

—Entonces sólo pondrás la pomada luego del baño y tomarás calmantes —dijo dándole la pomada y las pastillas, Yulián las tomó en ese mismo instante.

—Gracias.

—Ya lo dijiste.

—¿Comemos?

Darien se puso de pie y lo miró con reproche, este Alfa sabía muy bien que él no se metía a la cocina para nada más que fregar los platos.

( I ) Un cachorro para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora