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Darien giró la cabeza para evitar los rayos de sol, era fin de semana y quería descansar un poco más. Abrió los ojos extrañado al sentir una caricia en su cabello, el aroma hizo que se espabilara inmediatamente.

Darien se sentó en la cama y miró con sorpresa a su visitante, Yulián le sonrió como si viniera a despertarle todos los días, se estremeció mirándolo. El alfa colocó una mano en su mejilla y acarició levemente con el dedo pulgar, esta situación estaba poniéndolo incómodo y Yulián lo notó levantándose de su cama.

—Lo siento, no quería ponerte nervioso.

Darien se puso de pie y lo miró con desconfianza.

—¿Por qué estás aquí? —Yulián se encogió de hombros y sonrió de forma brillante.

—Vine a despertarte para que desayunaras.

—¿Desayunar? —repitió probando la palabra en su boca, un desayuno hecho por Yulián, tenía que estar en un maldito mundo alterno.

Yulián desde adolescente era un Alfa frío al que no le importaban los demás, logró engatusar a sus padres para casarse con él y cumplir sus objetivos, para tener ese maldito puesto.

Yulián solía hacerse la víctima en todos los aspectos posibles, pero pisoteaba al que fuese necesario con tal de posicionarse mejor.

—Sí, lávate y ve a la cocina.

Esto era completamente surrealista, una total locura, Yulián no era así, no era un Alfa tierno que hacía el desayuno para su Omega.

Darien se estaba sintiendo como el ganado, les daban hierba hasta tenerlos lo suficientemente gordos para finalmente comerlos, y Yulián estaba usándolo por algún motivo desconocido.

Suspiró y se dio un baño, luego de ponerse ropa cómoda fue directamente a la cocina, Yulián en verdad hizo el desayuno para él, parecían ser crepas con relleno de fresas. Darien cruzó los brazos mirándolo, Yulián le sonrió luego de poner la jarra de jugo sobre la mesa, su cabello estaba lleno de harina y relleno rosa. 

—No lo entiendo. ¿Qué haces?

—Darte el desayuno —dijo animadamente.

Darien gruñó mirándolo, le molestaba todo lo que veía, la mesa ordenada y el aspecto hogareño de este Alfa.

—¿Por qué?

—Por nada en especial —Darien negó y suspiró, él nunca le diría la verdad, estaba pidiendo imposibles.

—Iré a vestirme, saldré con…

Yulián lo agarró de la muñeca y lo detuvo momentáneamente, Darien mordió su labio inferior con furia.

—Espera, Darien.

—¿Vas a decirlo finalmente?

Yulián suspiró viéndose abatido, Darien negó, estaba molesto, la respuesta no le gustaría nada.

—Fui un tonto durante mucho tiempo y quiero cambiar eso, soy tu Alfa —Darien se carcajeó mirándolo, ahora entendía como se sintió Misel al escucharlo, era gracioso en realidad.

—Eres mi esposo, no mi Alfa.

Yulián lo tomó de la cintura y lo acercó a él, sus colmillos rozaron su cuello descubierto causándole escalofríos.

—Y espero cambiar eso con el tiempo, quiero mostrarte que soy un buen Alfa, me ganaré tu aprecio —Darien colocó las manos en su pecho tratando de alejarlo, Yulián no lo soltó.

—¿Cambiaste de opinión respecto a mí luego de siete años? Creo que escuché mal.

—Darien…

—¿De verdad piensas que soy tan estúpido? —gruñó fulminándolo con la mirada.

( I ) Un cachorro para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora