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Darien cerró los ojos correspondiendo el beso, Yulián se separó sólo para dejarlo respirar un momento y atacó sus labios otra vez, su lengua era una caricia tentativa envolviendo la suya.

Yulián quitó la camisa que traía puesta y se separó para mordisquearle el cuello, luego se detuvo cuando llegó al collar.

—¿No confías en mí?

—Confío, así sólo estaremos más cómodos, sin tener que preocuparnos por eso.

—Está bien —murmuró dejando un beso en su clavícula.

Yulián lo besó de nuevo y deslizó una mano por sus pezones haciéndolo gemir, él se detuvo mirándolo con extrañeza, Darien enrojeció mirando a la pared.

—¿Cuál es el problema?

—Mi pecho duele debido a las vacunas.

—Oh, lo siento —se disculpó Yulián dejando de tocarlo, Darien intentó levantarse.

—Olvida esto.

—¿A dónde vas? —Yulián agarró su mano y lo detuvo, Darien ni siquiera podía mirarlo—. ¿Por qué estás tan avergonzado? Es algo normal.

—Es vergonzoso —admitió mordiendo su labio inferior, Yulián se arrodilló en la cama y lo jaló, él hizo que cayera justo donde quería.

—No pienses en nada ahora.

Yulián besó sus pectorales sin entretenerse mucho ahí y siguió bajando por su abdomen, Darien agarró su pelo cuando llegó al ombligo y mordisqueó levemente.

El Alfa siguió bajando hasta llegar a su erección, lamió y lo miró, sus ojos de distinto color se veían más brillantes de lo normal.

—¿Cómo se siente?

—Bien —jadeó, Yulián sonrió de medio lado y llevó la erección a su boca.

La lengua recorrió desde el principio y casi hasta la base de no haberse detenido a propósito.

—¿Sólo bien? —volvió a preguntar, Darien lo miró con reproche.

—Yulián…

—¿Mmm? —Yulián deslizó un dedo a su entrada y lo metió sin problema alguno, él sonrió— Estás muy húmedo para mí, Darien.

—No lo menciones.

—¿Por qué? —Yulián levantó una de sus piernas acomodándola en su hombro y luego de sacar su dedo lamió su entrada saboreando el lubricante.

Darien se cubrió el rostro con una mano, a pesar de que no era su primera vez con Yulián estaba resultando ser aún más vergonzoso.

—No hagas eso —pidió, Yulián no se detuvo, simplemente deslizó la lengua en el interior haciéndolo lloriquear de placer.

—Deja de decirme que hacer, Omega —gruñó tocando las terminaciones nerviosas con su lengua, Darien lloriqueó aferrándose a la sábana con más fuerza de la necesaria.

El aroma de Yulián estaba volviéndolo loco junto a la lengua torturándolo, el Alfa se aferró a su cintura y mordisqueó levemente arrancándole un gemido. 

—Sólo hazlo.

—Tenemos toda la noche —murmuró bajando su pierna y mirándolo, Yulián estaba más despeinado que antes y de la comisura de su boca resbalaba un poco del líquido transparente del lubricante.

—Tenemos que trabajar mañana —dijo sintiendo el calor en su rostro, Yulián se encogió de hombros.

—Ninguno de los dos trabajará mañana, así que no te preocupes.

( I ) Un cachorro para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora