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Darien despertó con el sonido de su alarma, algo extraño ya que Yulián solía despertarlo regularmente, quizás el Alfa ya se había cansado y definitivamente volvió a sus viejas andanzas.

Era una posibilidad bien grande pero no lo creía, no después de lo de anoche.

Darien negó y dejó de pensar en ello, luego de una ducha salió, la mesa no estaba hecha y se sintió ligeramente decepcionado por ello.

Darien frunció el ceño mirando hacia la habitación de Yulián, luego de unos minutos de debate interno decidió abrir la puerta, Yulián estaba quejándose en la cama de forma dolorosa y sudado a pesar de que la habitación estaba fría.

Darien se sentó a su lado y tocó su frente, no tenía fiebre, Yulián despertó y tomó su mano, él lo jaló para que se acostara a su lado, Darien cayó de forma incómoda sobre la cama.

—¿Qué te pasa? —preguntó acariciando su cabello, Yulián cerró los ojos y escondió la cabeza en su cuello aspirando su aroma.

—Me duele —lloriqueó aferrándose a su ropa, Darien estaba sorprendido, nunca vio este comportamiento en Yulián.

—¿Qué te duele, Yulián?

—El abdomen, la cabeza y todo me da vueltas, creo que me estoy muriendo —se quejó, Darien intentó alejarlo, Yulián no se movió.

—Quizás sólo es un resfriado. ¿Quieres algo de comer? ¿Una sopa? —Yulián abrió los ojos y se separó, él tuvo una arcada sorprendiéndolo, luego corrió hacia el baño y comenzó a vomitar.

Darien frotó su espalda durante todo el proceso, Yulián incluso estaba llorando cuando terminó, él se tiró al suelo y se recostó a la bañera, estaba pálido y ojeroso.

—Sí, definitivamente me estoy muriendo —dijo con pánico, Darien sonrió agachándose frente a él.

—Debe ser una indigesta, vamos al médico —Yulián negó ansiosamente tomando su mano.

—No, no quiero malas noticias.

—Yulián…

Yulián lo agarró de la muñeca con fuerza cuando iba a ponerse de pie, sus ojos estaban cristalizados y a Darien le dolía el pecho de sólo verlo.

—Quédate conmigo, por favor, no me dejes, no quiero morir solo.

Darien torció los ojos y resopló.

—No vas a morirte.

—Darien…  —murmuró Yulián mirándolo como un cachorrito, Darien suspiró dándose por vencido.

—Llamaré a Karl, voy a tener que renunciar al nuevo proyecto si sigo así.

—Gracias —murmuró Yulián secando sus mejillas, su aspecto era lamentable.

—¿Quieres volver a la cama?

—Sí —dijo poniéndose de pie, Darien intentó ayudarlo.

—Ven.

—Yo puedo ir.

Darien asintió y salió, Yulián era un Alfa después de todo, tampoco iba a rebajase tanto por muy mal que se sintiese, su orgullo no se lo permitía.
 
—Haré la llamada y vendré.

Darien agarró el teléfono de Yulián y fue a su habitación, también tendría que llamar a su padre para decirle que no iría, decidió hacer la llamada más fácil primero así que tomó su teléfono y marcó a Karl.

¿Darien?

—Lo siento, no puedo ir hoy —murmuró, Karl suspiró del otro lado.

( I ) Un cachorro para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora