"XOXO"

"¿Soy un cualquiera?"

Capítulo 2

Cuando entró al salón, se formó un silencio sepulcral que le heló la sangre ¿Era idea suya o todos lo miraban de forma extraña? Con cuidado fue hasta su grupo de amigos que estaban susurrando algunas cosa. Miro a su amiga Cherry y ésta se armó de valor para decirle lo que había pasa.

-Tenemos que hablar—los dos salieron del salón mientas los demás no dejaban de mirarle a cada paso que daba.

-¿Qué ocurrió?—no sabía que es lo que pasaba y se estaba empezando a angustiar.

-Mira—le mostró su teléfono. Allí en su correo había un archivo misterioso de un correo desconocido. Anthony lo abrió y lo que leyó lo dejo totalmente congelado. Era su historia, su fanfic con Alastor y lo que decía no era de cristianos. Empezó a respirar rápido, le faltaba el aliento y el cuerpo le temblaba.

-¿Qué? ¿Pero cómo? ¿De dónde salió?—

-Nadie sabe, nos llegó a todos un correo. Anthony, esto es malo, tu reputación…y lo peor, con Alastor—hacia mueca de asco. Anthony se sintió ofendido ante aquello ¿Qué le intentaba decir? Le resto importancia por ahora, lo más importante era…escucharon un gran grito del salón, volvieron corriendo para ver el origen de aquel estruendo. Allí al medio del salon, se encontraba Alastor agarrando la camisa de Husk, con la mirada furiosa y respirando pesadamente. Desvió la mirada hacia la puerta encontrándose al rubio parado, temblando y con expresión de horror en el rostro.

-TÚ—grito dando zancadas hacía Anthony. Lo agarro fuertemente de la muñeca y los dos salieron hacia el pasillo.

-Al…—

-No me digas nada—se intento calmar, daba vueltas de un lado a otro tratando de recuperar la compostura. De pronto se paró y observo al rubio tan calmado—¿Qué no te molesta?—

-¿La historia?—

-Te veo muy calmado, casi como si lo esperaras—se acercó escrutándolo con la mirada—de seguro no te molesta, te metes con todo el mundo—eso le había dolido. Anthony se enojo y empujo el cuerpo delgado.

-Lo que haga o no, no es de tu incumbencia—allí supo cómo lo veía el moreno y no era una buena imagen.

-No, no me importa realmente. Solo resalto el hecho de que te asocien con cualquiera, no debe molestarte—

-¿Con cualquiera? ¿Estás insinuando que soy un cualquiera?— Alastor iba a replicar cuando una sombra se posó en medio de ellos y detuvo cualquier acción hostil.

-Deben calmarse para encontrar al culpable –husk hizo de voz de la razón ya que los involucrados, estaban fuera de si.

-Tienes razón amigo mío, pero razonar con él es difícil—

-Mira quien habla, tienes un palo metido en el culo de lo insoportable que eres—Husk otra vez los detuvo.

-Vayamos al área informática para rastrear el IP del mensaje y partamos por allí—los dos asintieron, sin dirigirse la palabra. Anthony iba dolido, jamás pensó que el castaño tuviera una percepción tan pobre de su persona, se arrepentía de todo el amor que le profesaba, ya no quería seguir en ese lugar el solo quería esconderse y cambiarse de sede para no volver a verlo más. Llegaron hacía allí y le preguntaron a varios si los podían ayudar, obteniendo una respuesta positiva, lamentablemente no pudieron obtener información. El servidor era extranjero, lo que lo hacía imposible de rastrear. Su primera y única pista se iba al garete. Salieron deprimidos y por aquel día habían tenido suficiente. Anthony se excuso para irse, tomo sus cosas y se dirigió a su casa, ya no podía estar en presencia de Alastor, solo quería llorar. Husk iba a detenerlo pero vio a su amigo quien le indicaba que no lo hiciera, que el por si solo podía averiguar de dónde vino aquella terrorífica historia.

-Eres un aguafiestas—Husk rodó los ojos volviendo al salón, debían volver a la clase.

**

Alastor llegó a su pequeño departamento ordenándolo por segunda vez en el día. Se sentía muy estresado con aquella infame historia ¿Qué alma enferma pudo escribir algo así de él? Se estremecía solo pensar que algún pervertido lo tuviera entre ceja y ceja.

“Lo posicionó en cuatro, separándole más piernas. Vio aquella entrada rosada y se le hizo agua la boca. Con uno de sus dedos la rozó y dilató para el momento culmine. El rubio gemía ante la intromisión, pidiendo su glande palpitante.

-Hazlo cariño –y Alastor no era quien para negarle. Se posicionó entre esos glúteos y se hundió en una sola estocada”

Alastor no pudo leer más, eres grotesco, el jamás haría algo así. Se sonrojó violentamente imaginándose aquella escena es su cabeza. No podía quitarse aquellas vividas imágenes de su cerebro y sintió como parte de su anatomía empezaba a despertar. Jamás le había pasado, jamás se excitaba con nada ¿Qué ocurrió ahora? Se imaginaba a él y al rubio, besándose con pasión como en la historia y eso hacia que su cuerpo se volviera sensible. No pudo evitar que una mano bajara libre por su estómago hasta la hebilla de su pantalón, soltándola, porque se le hacía una prisión insoportable. Se tocó por encima del bóxer, despacio, sintiéndolo húmedo y la culpa crecía en su interior. No podía creer que estuviera a punto de masturbarse pensando en el rubio, pero la calentura era mucho más. Cerró fuertemente los ojos y sacó su miembro de aquella jaula, tocándose con fuerza, sintiendo olas de placer mientras más subía y más bajaba. Con la otra mano se tocaba los pezones ya erectos, los testículos, los muslos, estaba a punto de explotar, tiro su cabeza hacia atrás y tuvo el orgasmo más deliciosos de su vida.
Su respiración estaba agitad, su mano húmeda y la vergüenza lo envolvía. No podía creer lo que había echo. Limpio aquel desastre y quitó aquella historia de su vista, se colocó en su cama, boca abajo escondiendo su rostro en su almohada, no tenía ánimos de nada, la culpa le carcomía el alma, solo quería desaparecer y que todo esto terminará luego.

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