¿Una poción de tiempo ?

un plan para el futuro

Sirius se paró en la parte trasera del Gran Comedor ignorando el discurso del Ministro. Solo estuvo aquí porque Moody exigió que asistiera. Si fuera por Sirius, estaría de regreso en la casa de los Tonks escondido en su habitación. Ted y Andy estaban por aquí en alguna parte. Andy se había unido a los curanderos en algún momento después de que Sirius se escabullera para matar a un señor oscuro. A Ted se le había encomendado la tarea de mantener las protecciones alrededor del Lago Negro y el Bosque Prohibido que mantenían a salvo a las criaturas.

Moody gruñó ante el discurso del Ministro. El auror estaba conmovido, irritado o un poco estreñido. Era difícil saberlo con él.

"No mencioné tus esfuerzos," notó Sirius, "O alguien específicamente. ¿Fue eso intencional?

"Después de la Primera Guerra, el mundo mágico estaba preparado para adorar a un bebé literal. ¿Qué crees que pasará cuando descubran quién mató realmente al Señor Oscuro? ¿A menos que eso sea lo que buscas? ¿Aparece en todos los periódicos, brujas adulando a tus pies?

Sirius se estremeció ante la idea. No hace mucho, habría estado preparado para tal atención. Lo habría deseado. Demonios, él lo habría exigido. Pero no se lo merecía.

"No lo creo," dijo Moody, "El Ministro querrá hablar contigo. Está trabajando en el aula de Defensa Contra las Artes Oscuras. Deberíamos ir a su encuentro.

El discurso del Ministro estaba resonando y McGonagall se puso de pie para tomar su lugar. Sirius no quería escuchar lo que tenía que decir.

"Dirige el camino".

Con lo que parecía toda la población del mundo mágico amontonada en el Gran Comedor, los pasillos reales de Hogwarts estaban inquietantemente silenciosos. El sonido de la pierna de Moody y la prótesis deslizándose y golpeando resonó. Sirius deseó que hubiera más ruido. Más sonido. Algo para distraerse de los pensamientos de su cabeza.

Por aquí, muchacho. Toma asiento."

Sirius hizo lo que se le ordenó. La pesada silla de madera le resultaba familiar. Como la mayoría de los muebles de Hogwarts, no había cambiado entre sus primeros cinco años en Hogwarts y su llegada al futuro. Pero había cambiado entre su casi expulsión y ahora. ¿Qué había cambiado? La madera todavía era pesada y estaba encantada para evitar trampas. Estaba desgastado en los bordes, dándole una sutil comodidad. Pero no fue lo mismo.

O no era el mismo.

Moody levantó torpemente su figura rotunda sobre la esquina del escritorio.

"Supongo que no has pensado mucho en tu futuro, ¿eh, muchacho?"

Sirius se encogió de hombros, "Ted me ha estado enseñando cómo hacer reparación de automóviles".

"Cosas muggles, ¿verdad?"

"Sí."

"¿Quitar la magia por completo? Interesante elección. Aunque no es insólito para los negros que no encajan del todo con la magia familiar. Tu prima Andrómeda recurrió a los caminos muggles, ¿verdad?

"Ted es su marido, así que sí".

Buena gente. También son buenos para ti. Pero no estás hecho para la vida como un mecánico que trabaja duro cubierto de grasa en el suelo de un garaje.

Sirius levantó una ceja al viejo auror, "¿Y para qué estoy destinado? En caso de que no lo sepa, estoy al borde de la expulsión oficial, algo que será demasiado tarde. Debería haber sido expulsado hace veinticuatro años, pero el miedo a mis padres les impidió hacerlo. Debería estar en Azkaban o algo peor. Ahora, después de que literalmente maté a alguien, ¿me estás diciendo que no soy un saco de mierda bueno para nada?