¿Una poción de tiempo ?

mañana especial de snape

Severus confiaba en que el profesor había diseñado este "entrenamiento" específicamente para torturarlo.

¿Correr?

¿Tan temprano en la mañana?

Era un nuevo infierno, al menos no estaba solo.

Draco se quejó todo el camino, Peter se quejó de sus zapatos, pero Hermione corrió adelante, su puof de rizos que ella llamó cola de caballo rebotó en asincronía con su cuerpo.

A medida que el horizonte se volvía verde con el sol naciente, el cuarteto de adolescentes sudorosos se dirigió a las mazmorras, lanzando hechizos de limpieza en el camino.

—La condición física muggle es una miseria, no es de extrañar que todos sean condenadamente miserables —gruñó Draco, sacudiéndose la hierba de las mangas—.

"Estoy segura de que el profesor Snape tiene una razón", dijo Hermione entre jadeos, "para hacerme correr".

"Corramos", corrigió Peter.

“Yo, todos ustedes están aquí como un favor y solo los fines de semana”.

-Si correr mejora mis oportunidades contra el señor oscuro, correré contigo todas las malditas mañanas, sea tutor de Snape o no –dijo Draco.

Hermione pareció sorprendida por la declaración, pero Severus no, compartía el mismo sentimiento. La ventaja adicional de ver correr a la bruja era simplemente una ventaja adicional. Tan pronto como cruzaron el umbral de afuera hacia adentro, el grupo recurrió a una conversación susurrada.

"¿Qué crees que el profesor nos hará hacer?" Pedro susurró.

"Duelo, supongo, eso es lo que me hizo hacer ayer".

"En duelo con el profesor Snape", Draco dejó escapar un silbido bajo.

"Me encantaría ponerme a prueba contra el profesor", admitió Severus. ¿Cuánto poder había ganado en los veinte años transcurridos desde el accidente? El profesor había logrado un dominio en pociones y se convirtió en uno de los profesores más jóvenes de la historia. El hecho de que se le permitió enseñar Defensa en lugar de estar permanentemente en pociones fue notable.

- No durarías ni diez segundos. - Dijo Draco. - Snape ha sido uno de los mejores, sabes qué, para el señor oscuro durante décadas. No es un accidente.

La respuesta llegaría muy pronto. Llegaron al salón de clases del profesor donde él estaba al acecho.

Los hechizos llegaron rápidamente, golpeando a cada uno de los cuatro estudiantes antes de que pudieran pensar en lanzar un escudo. Colgado en el aire por su tobillo en la posición familiar y humillante que los merodeadores lo forzaron durante años, Severus estaba furioso.

“Patético”, dijo el profesor.

"No estábamos listos", se quejó Draco.