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Luego de Harlequin subiera a su habitación, prácticamente huyendo de Ban, llamó a Helbram y le dijo que tenía algo de vida o muerte que contarle, así que durante la cena, llegó Helbram con una mochila y su almohada favorita diciendo que Harlequin lo había invitado a una pijamada.

La excusa más creíble que se ocurrió al peliverde.

Harlequin a veces se pregunta qué es lo que pasa por la cabeza de Helbram.

—Entonces, técnicamente te le confesaste a Ban pero no sabes si cuenta como confesión porque no dijiste las palabras "te quiero más que como a un amigo" pero después de eso casi se besan y él te iba a corresponder pero llegó Elaine junto a su madre y no saben si alguna de los dos los vio pero luego la señora invitó al ferrocarril parado a cenar y por eso estaba aquí cuando llegué, ¿es todo?—cuestionó el peliverde mientras jugaba con uno de los peluches que se encontraban en la cama del castaño.

—Por quinta vez: si, Helbram. Eso fue lo que pasó y ya deja de zarandear así a Cheastifol— contestó mientras le arrebataba el oso de felpa.

El peliverde reprimió una risa—¿Cómo?, ¿Cheastifol? que nombre tan ridículo.

—Ban se lo puso— mencionó el más bajo haciendo un mohín.

—Pft, debí imaginarlo pero bueno, ¿piensas hablar con él? digo, decirle tus verdaderos sentimientos hacia él.

Harlequin soltó un suspiro mientras se acostaba en la cama. Sentía muchas cosas, saber que Ban no es tan indiferente hacia él le llenaba de felicidad y en parte sentía que tenía una oportunidad con él pero ese mismo sentimiento le hace recordar a la dulce chica que duerme en la habitación de al lado y se siente culpable. Simplemente quería escapar de todo y todos, incluidos sus sentimientos.

—No—dijo finalmente.

—¿No?, ¿por qué? por lo que me contaste tal vez él te corresponda además, ¿no dijiste que Meliodas mencionó algo sobre no reprimir lo que sientes? sigue su consejo, que tal que su relación cambia para bien— las palabras del peliverde fueron interrumpidas.

—¡No puedo hacerle eso a Elaine!, es mi hermana y aunque no lo parezca, yo la quiero mucho. Si yo le digo a Ban que me gusta y que quisiera que fuera más que mi amigo eso le afectaría también a ella, piensa un poco—  replicó para después darle la espalda al más alto.

Hubo un corto silencio en el que solo se escuchaban las respiraciones de ambos amigos.

Entonces Helbram se maldijo a sí mismo, sin querer le iba a dar ilusiones a su amigo sin pensar en las demás personas involucradas.

—Lo siento, amigo. No pensé en eso— dijo en un susurro lo bastante audible por el silencio de la noche.

—No importa. Recuerda que de los ambos yo soy el responsable— bromeó un poco.

Helbram soltó una pequeña risa—Cierto.

Luego de eso, al ambiente volvió a aligerarse y ambos siguieron hablando sobre cualquier trivialidad sin darse cuenta de que la puerta de la habitación estaba ligeramente abierta y detrás de ella, la chica de cabello rubio confirmaba sus sospechas con demasiadas emociones encontradas mientras retenía sus lágrimas.

Ahora Elaine sabía lo que tenía que hacer.

You belong with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora