Seungmin trataba de pensar en algo lo más pronto posible. Además el castaño hacia el mayor esfuerzo para lograr safarse del agarre de Bang. Le fue imposible ya que el mayor era más pesado y sobre todo más fuerte que él, lamentablemente no había escapatoria. Tendría que ser lo más cauteloso posible para que Yang no sospechara nada pero sabia que el único problema era Bang pues este estaba dispuesto a hacer todo lo posible para hacerlo gritar cuando él quisiera.
— Min, ¿Estas ahí? ¿Por qué no respondes, hombre?— Volvió a hacer una lluvia de preguntas.
El castaño se tomo unos minutos para recuperar el aliento pues estaba demasiado agitado. Tomó una gran bocada de aire y acto seguido se dispuso a contestar.
Mientras por otro lado Christopher se encontraba entre las piernas de este sonriéndole de una manera burlona, esperando el momento exacto para arruinarlo todo.
—Innie, ¿Pasa algo?— trato de sonar lo más normal posible.
— Más bien esa debería ser mi pregunta, ¿Donde carajos estas? ¿Por que aún no llegas a casa?—dijo nuevamente.
Christopher y Seungmin se miraron nuevamente. El mayor comenzó a moverse con lentitud en el interior del castaño mientras acariciaba y masajeaba sus muslos, este aun no había terminado con él pues aquella llamada los interrumpió justo cuando ambos iban a llegar a su orgasmo y es por eso que planeaba vengarse de Seungmin por arrebatarle lo que tanto había esperado desde un inicio.
— Eh..lo lamento olvide comentarte que hoy me quedé a hacer horas extras y que por esa razón iba a llegar más tarde de lo esperado.
Los movimientos de la pelvis de Bang cada vez eran mucho más acertivos y mucho más bruscos. El pequeño castaño mordió su labio inferior para no soltar ni un solo gemido. El rubio al ver que se estaba conteniendo. Tomó ambas piernas y las coloco sobre sus hombros de esta manera podría llegar más profundo y hacerlo gritar tal y como el quería. Vaya que si lo logro. Cada embestida era mucho más exquisita que la anterior. Además aquel rubio yacía sin playera dejando a la vista aquel fornido cuerpo lleno de sudor
Cuando este sintió aquel orgasmo aproximarse, penetro a Seungming tan profundo que este soltó varios gemidos sin poder detenerlos provocando que este eyaculara en el abdomen del rubio. A Bang no le importo correrse dentro de este. Y tampoco le importo que la esencia de Seungmin se encontrara regado por todo su abdomen. Como era de esperarse Bang no se quedo atrás pues este al ver como todo su caliente semen se encontraba dentro del interior del castaño hasta que poco a poco se fue escurriendo por sus muslos. Supo que había logrado su cometido. Hacer que Seungmin gimiera para que pudiera ser escuchado por su amigo.
Seungmin se encontraba postrado sobre aquel escritorio, era una imagen digna de admirar. Bang había hecho toda una obra maestra en el cuerpo del menor
Por otro lado Yang estaba en shock por lo que acaba de escuchar. Era más que obvio qu Seungmin estaba teniendo sexo con un hombre. Y ese era Christopher. Después de eso no dijo ni una sola palabra solo colgó el celular, ya hablaría con Seungmin cuando este llegara a casa
— ¡Bang eres un completo imbecil, te odio!— grito mirándolo con furia con sus ojos llenos de lagrimas.
Tras escuchar las palabras que salieron de los labios del menor, lo bofeteo sin piedad para después tomarlo de mandíbula sin importar que este se quejara de dolor
— ¿Ahora me odias? Cuando hace unos minutos te tenía gimiendo como una maldita puta— dijo soltando una carcajada. Él sabía perfectamente que Seungmin era incapaz de odiarlo. Era demasiado sumiso e inocente.
El menor lo empujó y se fue directo a los baños para comenzar a limpiarse los restos de los fluidos de Bang que tenia sobre sus muslos. Para su buena suerte ellos eran los únicos que quedaban en el edificio. Una vez que ya estaba dentro, giro el grifo de la llave para comenzar a lavarse, cuando terminó de asearse comenzó a quitarse aquella lencería de color negro y poner aquel atuendo que traía cuando llegó.
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《EXTRA HOURS》
RomansChristopher Bang le pagaba horas extra a su secretario Kim seungmin, por tenerlo en su cama gimiendo bajo las almohadas y de vez en cuando en su propia oficina.