Todos los dias, el más grande de todos los chamanes había llegado al pueblo de su infancia, despues de estudiar las mil y una historias de brujería mas oscuras, pasar por las situaciones de guerra mas macabras jamás pretesentadas y competir a muerte contra otros chamanes, porfín había llegado su momento de triunfar.
En aquel pueblo, era conocido por saber hacer su especialidad : La medicina con plantas, esta misma ayudaba a los habitantes del pueblo que ocupaban su ayuda, de la misma manera que lo haría un médico, solo que él siempre pensó que lo haría mejor.
Pasaron varios años y aquel chamán era el más sabio de su aldea, ganando el respeto de todos, capaz de curar todas las enfermedades, sin embargo, este título se le sería arrebatado con la simple llegada de un niño en aquel consultorio improvisado.
El niño había llegado con su madre, una señora de mediana edad, la cual le imploraba al chamán encontrar una cura para la enfermedad de su hijo. Al revisar al niño, notó que este tenía ampollas por todo el cuerpo y una fiebre muy alta.
El chamán rapidamente sacó de su repertorio unas ramas para poder deshacer las ampollas, pero no tuvo éxito, intentó darle un té pero tampoco funcionó, intentó con una crema pero el niño simplemente gritaba de dolor.
El chamán, temeroso por la situación, decidió mandar a asesinar al niño, ya que, a sus ojos, el infante no podía ser curado y podría enfermar al pueblo, después de informarle a las personas lo que sucedía, el niño fue asesinado...
Tiempo después en la vida del chamán todo iba bien, pero, a pesar de "arreglar" aquel inconveniente, siempre le perturbaba saber que no pudo curar a aquel niño, pero tampoco quería decepcionar a la gente que le había otorgado su confianza, de igual manera, le tocaba aguantar...
Pasaron un par de meses, y una noche, entre las tantas pesadillas del curandero, su sueño se vió perturbado, y al despertar, sucedió lo que nunca había esperado, despertó con aquellos síntomas que le generaban ese abismo en su mente, padecía ampollas y contaba una fiebre muy alta.
El chamán se asustó, y decidió que no sería buena idea que alguien lo viera, y desde ese momento no volvió a aparecer en el pueblo, pues no le agradaba la idea de quedarse dónde su magia ya no funcionaba.
Después de algunos días desaparecido, las personas del pueblo se vieron asustadas, pues les generaba incertidumbre que de repente su mayor sabio ya no apareciera, con este pesar en mente, decidieron ir a buscarlo esa misma noche lluviosa.
Al pasar por los senderos inundados sin alguna luz que los iluminase, un grupo de personas lograron dar con el chamán, al ir, descubrieron el cuerpo ya muerto del chamán tomando en brazos al ya esqueletico niño que meses atrás había asesinado.
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Cuentos que escribí alguna vez
De TodoEdición de cuentos que llegue a escribir alguna vez