Capítulo 6: Curación

6 3 0
                                    

Janice estaba en ropa interior recostada en el sofá. Por alguna razón se sentía muy agotada para hablar y moverse, y parte, no quería hacerlo para evitar ver su cuerpo lleno de cortes y quemaduras. Prefería tener los ojos cerrados o mirar fijamente el techo mientras sentía un ardor en algunas partes y dolor en otras.

Sun Hee se había quedado dormida, por lo que Trey la había llevado al cuarto que ocupaba para que estuviera más cómoda y Chayna y Kate estaban en su cuarto intentando aprender algo que pudiera ayudar a Janice sin necesidad de esperar a Sun Hee.

En ese momento, Trey estaba preparando algo de comer en la cocina para que todos recuperaran fuerzas; mientras Adrien y Alice ayudaban a Janice con lo que tenían en casa.

—Iré a ver si quedan más gasas —le dijo Adrien a Alice.

Ella asintió y comenzó a poner paños húmedos en el lado derecho del cuerpo de Janice, el que tenía parte enrojecidas y llenas de ampollas.

—¿Puedes girarte un poco? —le preguntó Alice amablemente.

Janice se giró con mucho cuidado, dejando su costado derecho hacia arriba para que Alice pudiera curarlo.

De pronto, Adrien apareció en la sala.

—Ya no hay más —informó—. Iré a la ciudad a comprar. Traeré remedios y unas cremas que puedan servir.

—Está bien. Yo me encargo —le dijo Alice.

Adrien fue a la salida principal de la casa y fue por su auto para ponerse en marcha.

Alice siguió poniendo los paños fríos con mucha delicadeza, hasta que notó loa ojos aguados de Janice.

—¿Por qué lloras? —preguntó Alice.

En otras circunstancias, que alguien llorara no le hubiera parecido nada fuera de lo común, pero Janice había estado en silencio todo ese tiempo, ¿por qué lloraba recién en ese momento?

—Voy a quedar horrible —soltó con la voz temblorosa—. No he visto nada, pero puedo sentirlo.

—Sun Hee te curara —le dijo Alice, con la intención de animarla—. Quedarás igual que siempre.

Janice no dijo nada más, solo sorbió su nariz y detuvo sus lágrimas.

—Te vas a ver igual de bonita que siempre —susurró Alice.

Janice la miró confundida, pero la chica estaba concentrada en curar su brazo.

—¿Qué dijiste?

—Nada —mintió.

Janice no insistió, pero sabía que era lo que había escuchado. Alice le había dicho que era bonita y, por alguna razón, no se había sentido igual que cuando se lo decía Kate (no recordaba que alguien más se lo hubiera dicho). Ella jamás lo diría en voz alta, pero también pesaba que Alice era bonita. Le gustaba el contraste de su piel bronceada con el de sus ojos azules y le parecía muy adorable lo baja que era.

[...]

—Nunca aprenderemos esto antes de que Sun Hee recupere sus fuerzas —dijo Chayna rendida.

Kate estaba empecinada en logar algo, no quería que Janice siguiera sufriendo e imaginaba que, por más fuerte que Janice fuera, no se sentía bien.

—Pero Janice...

—Janice es dura —le dijo Chayna—. Yo tampoco la quiero ver sufrir, pero Sun Hee lleva practicando estas cosas durante días. Si ella no lo logró en unas cuantas horas, nosotras menos.

No era que Chayna fuera pesimista, de hecho, solo era realista. Ellas dos estaban lejos de ser brujas brillantes, a diferencia de Sun Hee. Si la más brillante del grupo se había demorado varios días en aprender lo que necesitaban, no podían esperar hacerlo en menos tiempo.

Las Brujas de Kedward: Discordia [LBK #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora