Capítulo 11: Interrogación

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Sophia no entendía nada de lo que pasaba, ni siquiera podía ver con claridad los rostros de quienes la estaban cargando o hacia dónde. Su cabeza daba vueltas y si no hubiera sido porque llevaba ya sin comer mucho tiempo, hubiera vomitado lo que tuviera su estómago.

De pronto, oyó el sonido de una puerta abrirse y cerrarse rápidamente. Estaba en una habitación, pero no tenía idea de cual.

Sun Hee y Janice tiraron a Sophia al suelo y luego, jalaron a Ragna para tirarla de la cama al suelo también.

Ragna estaba en mejores condiciones, por lo que al ver los rostros de quienes estaban a su lado, no tardó en reconocerlas. Janice y Sun Hee, siempre supo que las dos eran un problema, una por ser demasiado rebelde y la otra por ser brillante. Ragna no quería imaginar el poder de ambas juntas, pero estaría por descubrirlo.

Janice movió dos sitiales que había en la habitación para dejarlos uno al lado del otro. Primero sentaron a Ragna en uno y, aunque intento zafarse de los agarres, estaba demasiado débil. Al igual que Sophia, llevaba tiempo sin comer y vomitando sus líquidos estomacales por las náuseas y mareos.

Janice sostuvo a Ragna en su lugar para que no se moviera, mientras Sun Hee comenzó a amarrarla con cinta adhesiva. Le amarró las muñecas a los brazos del sitial y los tobillos a las patas de este. Le puso la mayor cantidad de cinta posible para evitar que se soltara, aun con las pocas fuerzas que tenía.

Ragna quería hacer algún hechizo, pero ni siquiera podía pronunciar las palabras necesarias y, aunque lo hiciera, su magia no surgiría por la falta de fuerza.

Janice fue por Sophia, quien estaba arrastrándose por el suelo, intentando llegar a la puerta, y la jaló de su anaranjado y pajoso cabello para arrastrarla al lado contrario. Sophia emitía quejidos e intentaba patalear, pero Janice solo la cargó para dejarla sentada en el sitial vacío y entonces comenzaron a amarrarla.

—Notarán nuestra ausencia —dijo Ragna, casi como un susurro.

—¿Cómo? —preguntó Sun Hee—. Ambas están muy enfermas, deben guardar reposo.

Ragna tragó saliva y entonces dijo:

—Paige viene a verme de vez en cuando, entonces las encontrara.

Janice soltó una pequeña risa, mientras se amarraba el cabello en una cola alta.

—Si Paige cruza esa puerta, le romperé la cara a golpes.

Ni Sophia ni Ragna dijeron algo, pues sabían que Janice sería capaz de eso y más y, con Sun Hee sabiendo usar tan bien sus poderes, Paige no tendría oportunidad.

—Ahora —Janice se quitó la chaqueta y se arremangó la camiseta—. ¿Qué pasa con Kate? ¿Por qué ella?

Ragna la miró sin entender.

—¿Kate? ¿Quién es Kate?

—La británica... —murmuró Sophia apenas.

—Ah, la inútil de ustedes... ¿Qué pasa con ella?

—¿Es por eso por lo que la eligieron a ella? —preguntó Sun Hee—. ¿Por qué creen que es la más débil? Eso no tiene sentido.

—¿Elegir para qué? —preguntó Ragna, con algo de molestia.

No entendía que pasaba con la chica británica, ni que tenía que ver ella con lo que le pasara, lo que la estaba comenzando a irritar.

—Para hechizarla —dijo Sun Hee.

Ragna soltó una risa cansada.

—Nadie aquí ha hechizado a nadie y si así hubiera sido, no sería a ella —contestó—. La tonta de Kate no serviría para nada. Si se muriera, incluso, ustedes estarían donde mismo.

Las Brujas de Kedward: Discordia [LBK #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora