chapter 40

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Los murmullos resonaron con más fuerza en la iglesia ya que nadie podía creer lo que escuchó, la novia había dicho que no aceptaba casarse con Sohu.

Sus hermanos y sus padres estaban anonadados, ya que no estaban seguros de haber escuchado bien a la pelinegra, mientras que Niki, sonreía por dentro, sabía que Félix había hecho lo correcto.

Sohu estaba en shock, no podía creer lo que Karina había dicho.

— Perdóname, Sohu, eres un chico bueno y maravilloso, pero no te merezco, no puedo
casarme contigo.

Karina bajó del altar y corrió por el pasillo hacia la puerta de la iglesia, todos los presentes observaban sorprendidos la escena y vieron a Sohu caer de rodillas mientras lloraba.

— ¡Karina que acabas de hacer! — dijo apareciendo Kyungsoo, enojado.

— Lo siento, Kyungsoo — dijo Niki acaparando toda la atención de todos — Kari solo está haciendo lo correcto, lo que su corazón le dice que haga.

Karina salió de la iglesia sin mirar atrás, ahora iba en busca de su felicidad al lado de la mujer que amaba, la pelinegra corrió hacia el convertible rojo que estaba cerca de la entrada de la iglesia, el auto de Niki, el vehículo estaba abierto y buscó en la guantera las llaves, que ahí estaban tal y como le había dicho su hermano.

Puso el auto en marcha y se alejó a toda prisa con tal de que nadie tratara de detenerla, tenía que encontrar a Winter y su corazón le decía en donde podría encontrarla.

...

Winter contemplaba el cielo, pensando que su Karina ahora estaba casada ¿Eso sentía su pelinegra mientras ella estaba con Jennie? Si tan solo hubiese hecho algo más para convencerla de que no se casara, si tan solo hubiera ido a impedir esa boda, pero ya era demasiado tarde, Karina ya estaba casada con Sohu y ella lo único que había hecho fue ir quedarse encerrada.

— ¡Winter!

La voz de Karina resonó en la mente de la pelinegra, le dolía demasiado escuchar su voz
pronunciar su nombre.

— ¡Winter!

Abrió los ojos al escuchar con más fuerza la voz de su Kari, era imposible que ellaestuviera fuera de su habitación de hotel, Winter temía que fuese una jugarreta de su mente que anhelaba volver a verla, pero al escuchar como la pelinegra gritaba su nombre y tocaba la puerta, se dio cuenta que estaba ahí, si dudarlo, abrió la puerta de su habitación, Karina estaba a pocos pasos de ella, con la respiración agitada y tratando de recuperar el aire, mientras Winter no dejaba de mirarla, aún asombrada de que estuviera frente a ella.

— ¿Qué estás haciendo aquí, Karina? Creí que ahora estarías junto a tu esposo…

— No me casé… No podía hacerlo, no puedo estar con otra mujer que no seas tú. Winter

Winter estaba en shock, no estaba seguro de haber escuchado bien a la pelinegra.

— Se que no lo merezco, pero ¿Serías capaz de perdóname, Winter? Fuí una tonta al continuar con esa boda, yo simplemente no puedo perderte otra vez, no quiero…

Karina ya no pudo continuar ya que la pelinegra rompió la distancia que las separaba, la estrechó entre sus brazos y la besó intensamente. Karina sintió que por sus mejillas resbalaban algunas lágrimas, pero está vez de felicidad, cerró los ojos mientras echaba sus brazos alrededor del cuello de ella, profundizando más el beso, allí era el único lugar donde la pelinegra quería estar para siempre, entre los brazos de Winter. Separaron sus labios más por la falta de aire que por gusto, Winter recargó su frente en la de ella y la miró asombrada, aún no podía creer que Karina estuviera frente a ella, le limpió con ternura las lágrimas que caían por su rostro

Nevertheless | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora