Chapter 31

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A la mañana siguiente, Lisa se levantó, por primera vez en tantos años había descansado bien, buscó a Rosé, pero no la encontró, aparentemente si se había ido de viaje como había dicho. Fue a la cocina a prepararse algo y encontró la nota con la dirección de Jennie, eso hizo que su pobre corazón saltara de alegría, se apresuró en tomar desayuno y sus medicinas, inmediatamente se dirigió a la habitación donde durmió, se dio un baño y se una ropa presentable, se peinó y se echó un perfume.

Lisa se miraba al espejo, llena de miedo y de temor, quería verse bien para su esposa, a la que no había dejado de pensar, ni de amar un solo instante. Con dinero de su billetera, tomó un taxi y le dio la dirección en el papel, el taxista condujo hasta aquella zona residencial, que era conocida por que habitaban los mejores empresarios de Seúl.

— Llegamos señora.

— Muchas gracias — le pagó y bajó del taxi.

Estaba parada en un taxi, alrededor del área verde había muchas casas y edificios, se sentó en una banca y se puse a pensar en cómo aparecería delante de Jennie y de su hijo, estaba pensando que decirles, en cómo explicarles lo que realmente sucedió, si ya las pocas personas que la habían visto, pensaban que estaba muerta o que se había ido con su amante, ella debía encargarse de desmentir todo eso.

— ¡Lalisa! ¡También estas en Seúl! — Hari apareció con una sonrisa y una pelinegra a
su lado.

— Hari… hola ¿Cómo estás? ¿Qué haces aquí?

— Vine al parque con mi tía y mi prima — señaló a la niña que estaba a su lado.

Lisa sintió una calidez en su pecho al ver a la pequeña pelinegra, quien sonreía tímidamente, era preciosa, su mirada y su sonrisa eran iguales a las de Jennie, tan solo pensar en ella y en lo poco que faltaba para verla, sentía un cosquilleo en su estómago.

— Por cierto, ella es Daehyun, mi prima — miró a su prima — Dubu, ella es Lalisa, la mujer que conocí en Gimpo, a la que mi papá casi mata.

¿Prima? Jin no tenía hermanos y la única hermana de Namjoon era Jennie, algo no
cuadraba en toda esa situación, sabía que pronto las dudas se aclararían y la verdad que
Namjoon le ocultaba, también saldría a la luz.

— H-hola, y-yo me llamo Dahyun…

— Hola Dahyun, como tu prima te dijo, yo soy Lalisa.

— T-tú… tú te pareces mucho a mi hermano, él tam-

Antes que Dahyun pudiera seguir hablando, se escuchó otra vez llamando el nombre las
pequeñas, el corazón de Lisa se detuvo, sus ojos se abrieron grandemente, nunca podría olvidar la voz de Jennie, de su Jennie, de su esposa, la mujer que amaba y a quien recordaba vagamente a pesar de haber perdido la memoria.

— ¡Dahyun, Hari! ¡Vengan aquí!

Jennie sonaba molesta y las pequeñas se sobresaltaron, volteando rápidamente y corrieron hacia ella. Lisa, dudaba si debía girarse o no, sino volteaba, perdería su oportunidad, estaba tan cerca de ella, pero tenía miedo. Suspiró y lentamente se giró, quedando frente a Lisa.

— Lalisa… — la boca de Jennie se abrió y su respiración se aceleró.

¿Era real? Su esposa, a la que había enterrado años atrás, estaba ahí, parada, sus ojos
comenzaron a picarle y su cuerpo entero temblaba ante lo que miraba, ante quien estaba frente a ella, con las mirada curiosas de dos niñas.

— Jennie — sin esperar más tiempo, Lisa se acercó y la abrazó con fuerza.

— Estás viva… Lalisa, estas viva — lloró.

La menor se rompió al estar nuevamente entre los brazos de Lisa y escondió su rostro en el cuello de la pelinegra, sus manos tocaban con desesperación su espalda y su cabello, era real, todo era real. Tantos años deseando que su muerte fuera solo una pesadilla, deseando que ella regresara y en el momento menos esperado, estaba ahí.

— Estoy aquí Jen, regrese por ti…

— Mami ¿Conoces a la señora Lalisa? — preguntó Dahyun curiosa ante la escena que presenciaba.

Lisa frunció el ceño al escuchar a la niña ¿Acaso Dahyun era de Jeongin? No, porque eso solo significaría que su esposa, había estado o estaba con otra persona y su corazón se negaba a aceptarlo, no podía ser cierto, no.

— ¿Mami? — se atrevió a preguntar.

— Hay algo que no sabes y…

Una nueva presencia apareció, haciendo que Lisa mirara confundida a Jennie, esa nueva persona, que al llegar había tomando la mano de su esposa, no se había dando cuenta de lo que sucedía, pues estaba distraída en el celular.

Kim Minjeong estaba tocando a su esposa ¿Por qué? ¿Acaso ellas…?

— Amor, necesito que impidas que Kari-

Winter levantó la mirada encontrándose con la Lisa, parpadeó unos segundos y frunció el ceño, volteando a ver a su esposa, quien aún tenía rastros de lágrimas en sus mejillas.

— ¿La-Lalisa?

— Si, Lalisa, ahora te pido por favor que quites tus manos de mi esposa.

— Te equivocas, Lisa — Jennie entrelazó sus dedos con la mujer que tenía al lado — Winter es mi esposa, tiene todo el derecho.

— N-no, Jennie, dime que no es cierto, no…

Ahora eran los ojos de la pelinegra los que empezaron a cristalizarse, esto tenia que ser
una broma, una mentira cruel, se negaba a que fuera verdad.

— Mamá Winter, no entiendo nada — Dahyun miró a las mayores.

— No te preocupes princesa, vayan con Winter, ella les comprará algo.

Winter entendió la indirecta y se llevó a las niñas, lejos del asunto, ella no tenia nada que hacer ahí, no podía ni opinar, sabía que Lisa debía hablar con Jennie a solas, su mente pensaba en una sola persona, en Karina, a quien necesitaba y se iría pronto, al que no se quitaba de la cabeza, ni olvidaba su confesión.

Lisa estaba parada, viendo a Winter irse con las niñas, sus esperanzas estaban rotas, ella estaba rota, muy rota, se sentía tan tonta al pensar que con su regreso todo sería igual, con Jennie y Jungkook, pero no, se equivocó, ahora entendía las palabras de Namjoon y quizá ella tenía razón jamás debió regresar.

Nevertheless | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora