Capitulo 6 - Última sesión

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Hay un momento en el que considera no maquillarse. Considera no tapar el gran moretón que le cubre el pómulo y la sien, piensa en dejar que él vea la herida en todo su furioso esplendor púrpura.
Ella sabe cómo reaccionaría él y una parte de ella lo desea.

Se toma una semana libre después del incidente, le pide a su recepcionista que cancele sus citas y las cambie para otro momento.

Su primer día de regreso, cubre su moretón con corrector y se parte el pelo hacia un lado para colocar más cabello sobre la mitad lesionada de su cara. No es suficiente para cubrir la hinchazón y el color oscuro del moretón, y nota que sus pacientes la miran fijamente en la mejilla.

A mediados de esa semana, Emiliano está registrado para su sesión.

La noche anterior, sueña con su ex, con estar en ese estacionamiento y Darío caminando hacia ella, con el arma en mano. Pero esta vez hay un perro a su lado, un enorme rottweiler, que gruñe y muerde el aire. Ella tiene su mano envuelta alrededor de su correa, controlando al animal, pero sabe que si lo suelta, él atacará.

Sus nervios se disparan cuando Emiliano entra para su sesión. Se pone tres capas de corrector y usa pantalones para cubrir los cortes que se están curando en las rodillas; ella siempre lo atrapa mirando sus piernas cuando usa polleras o vestidos.

Se mueve nerviosamente en su asiento y trata de parecer confiada, mantiene el contacto visual.

-¿Todo bien?- pregunta mientras toma asiento frente a ella.

Ella sonríe con fuerza. -Sí, ¿por qué no lo estaría?-

-Cancelaste la semana pasada y estás hecha percha, no pareces vos misma-

Ella se burla ligeramente. -Sé que te pedí que mantuvieras las cosas profesionales, pero no espero que me insultes-

-No es lo que estoy haciendo- responde. -Dolores- dice, y ella se eriza por el uso de su nombre. -¿Qué está pasando?-

-No pasa nada- insiste. -Y no estamos acá para hablar de mí-.

Se acomoda de nuevo en su asiento y sin pensar, se aparta el pelo para apartarlo de los ojos.

-Dolo- Sus ojos se encuentran y es entonces cuando se da cuenta de su error. Su mandíbula está apretada y sus ojos entrecerrados están enfocados en su mejilla. -¿Qué mierda le pasó a tu cara?-

-No es nada-, repite. -¿Necesitamos terminar la sesión temprano? Porque pareces muy distraído.-

-Me chupa un huevo la sesión-  gruñe. -Decime lo que pasó.-

-Bueno- dice bruscamente, golpeando su cuaderno en la mesa auxiliar. -Me asaltaron y el tipo me pegó con su arma-

-¿De verdad?- Sus manos se aprietan alrededor de los brazos de la silla, sus nudillos se vuelven blancos. -¿Llamaste a la policía?-

-Sí.-

-¿Encontraron al tipo?- Ella no dice nada. -Dolores- gruñe de nuevo.

-No te lo digo porque es mi vida privada. Que estés obsesionado conmigo no te da derecho a meterte en mis cuestiones personales. Además la policía ya se está haciendo cargo.-

-Te estoy dando la oportunidad de que me lo digas vos misma. Porque lo voy a averiguar de cualquier manera. Conozco gente, Dolo-

Ella no se lo va a decir. Ella no puede tener eso en su conciencia.

Se levanta de su asiento y cruza la habitación hacia ella. Inclinándose, le coloca el pelo detrás de la oreja y pasa el dorso de los dedos suavemente por el moretón. Sus ojos se cierran y contiene la respiración.
Entonces, su toque se fue, y se dirige hacia la puerta.

《La Doctora || Dibu Martinez》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora