"El Reino de los Podridos".

" La travesía por un terreno peligroso"

Después de escapar de la horda de zombies, el grupo se encontraba agotado y desorientado en un terreno desconocido y peligroso. La noche había caído y el frío los estaba calando hasta los huesos. A medida que caminaban, notaban que la vegetación se hacía cada vez más densa, dificultando su avance.

El líder del grupo, Mark, decidió que era mejor buscar un lugar donde refugiarse para pasar la noche, ya que seguir avanzando en la oscuridad era demasiado peligroso. Pronto encontraron una cueva, donde pudieron hacer una fogata para calentarse y prepararse para pasar la noche.

A medida que la fogata crepitaba, el grupo discutía sobre su siguiente paso. Sabían que tenían que seguir avanzando para encontrar un lugar seguro, pero no sabían hacia dónde ir. Fue entonces cuando uno de los miembros, Tom, recordó que su abuelo solía hablar de un refugio seguro en las montañas.

Mark decidió que era una buena idea seguir esa pista y empezaron a planificar su ruta. Sabían que no sería fácil, pero era su mejor opción para encontrar un lugar seguro.

A la mañana siguiente, el grupo se puso en marcha. La densa vegetación y los terrenos escarpados hacían que avanzar fuera lento y difícil. Pero a pesar de las dificultades, el grupo no se rindió.

Después de varios días de caminata, el grupo llegó a un río caudaloso que les impedía seguir adelante. Fue entonces cuando Mark propuso construir un bote para cruzar el río. Con la ayuda de todos, pudieron construir un bote improvisado y cruzar el río con éxito.

Pero su alegría no duró mucho tiempo. Al llegar al otro lado, se encontraron con una horda de zombies que se dirigía hacia ellos. Rápidamente, Mark ordenó al grupo que corriera en dirección contraria, alejándose de la horda.

Corrieron sin parar durante horas, hasta que finalmente llegaron a una colina desde donde pudieron ver el horizonte. Lo que vieron les dejó sin aliento: una enorme ciudad devastada por el brote.

A pesar del peligro que suponía, decidieron que era su mejor opción para encontrar refugio. Lentamente, se adentraron en la ciudad, con los sentidos en alerta máxima.

Cada calle que cruzaban era un desafío, ya que se encontraban con zombies y saqueadores. Pero poco a poco, empezaron a encontrar refugios seguros donde descansar y abastecerse.

Finalmente, después de semanas de luchar por su supervivencia, el grupo encontró un lugar seguro donde establecerse. Era un edificio en el centro de la ciudad, que habían reforzado con barricadas y trampas para mantener alejados a los zombies y saqueadores.

Con un suspiro de alivio, el grupo se instaló en su nuevo hogar, sabiendo que la lucha por sobrevivir en un mundo infestado de zombies no había terminado, pero que al menos tenían un lugar donde estar seguros.