Los sobrevivientes habían estado viajando durante horas, buscando un lugar seguro donde pasar la noche. El sol se había ocultado en el horizonte hacía un rato y ahora solo la luz de la luna los guiaba en su camino. Los árboles parecían más oscuros y siniestros bajo la tenue luz, y el aire se llenaba de los sonidos inquietantes de la noche.
De repente, escucharon un ruido. Era un ruido leve, apenas audible, pero era suficiente para hacer que todos se detuvieran en seco y se pusieran alerta. Un gruñido bajo y profundo se unió al sonido. Era un zombi.
Los sobrevivientes comenzaron a buscar refugio. Se metieron en un edificio abandonado que parecía lo suficientemente seguro como para mantenerlos a salvo. El edificio tenía ventanas y puertas rotas, así que tuvieron que ser rápidos y astutos para asegurarlo.
Una vez dentro, se reunieron en una habitación pequeña y oscura en la parte trasera del edificio. No hablaron durante unos minutos, escuchando el sonido de los zombis afuera. Sabían que no estaban solos.
Finalmente, uno de los sobrevivientes se acercó a la ventana para echar un vistazo. Vio una multitud de zombis, congregados en el exterior. Pelar
El grupo sabía que no podrían quedarse allí por mucho tiempo. Necesitaban un plan. Decidieron dividirse en dos grupos: uno buscaría una salida segura mientras el otro distraía a los zombis.
El grupo que se encargaría de distraer a los zombis tomó algunas botellas vacías y las llenaron con trozos de cristal y combustible, improvisando bombas molotov. Luego, salieron de la habitación y comenzaron a lanzar las bombas hacia los zombis afuera. Los estallidos y las llamas atrajeron la atención de los zombis, permitiendo que el segundo grupo escapara.
La huida no fue fácil. Los sobrevivientes tuvieron que correr por las calles oscuras y peligrosas, evitando a los zombis que se abalanzaban sobre ellos en cada esquina. Fue una carrera contra el tiempo, y cada segundo contaba.
Finalmente, encontraron un lugar seguro en un edificio cercano y se metieron en él, asegurando las puertas y ventanas para evitar que los zombis entraran. Se sentaron en silencio, tratando de recuperar el aliento y procesando lo que acababan de experimentar.
Esta noche, habían aprendido una lección importante: la noche es peligrosa. Los zombis son más activos y agresivos, y la oscuridad les permite acercarse sin ser vistos. Los sobrevivientes sabían que tendrían que tener cuidado en adelante si querían sobrevivir en este mundo de pesadilla.
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"El Reino de los Podridos".
Horror"El reino de los podridos" es una novela de zombies llena de acción y suspenso que te sumerge en un mundo post-apocalíptico donde la supervivencia es la única opción. La historia sigue a un grupo de sobrevivientes que luchan por mantenerse con vida...