-Tres horas antes-.
Tengo un muy mal presentimiento.
De pie frente al espejo me observo enfundado en un precioso traje blanco que me vi obligado a comprar especialmente para esta noche.
Desde la planta inferior escucho al tío Garret llamarme una vez más exigiéndome que me apresure y odio que aunque hice cuanto pude para tratar de retrasar este momento, al final no pude evitar que llegara.
Conforme con mi reflejo, pero aún con un nudo en la boca del estómago que no me deja respirar, abandono la habitación. En ningún momento dejo de repetirme a mí mismo que todo va a estar bien, que no hay nada que temer, que el problema solo está en mi cabeza.
No soy más que un manojo de nervios y esta agobiante sensación no hace sino crecer a medida que nos acercamos a nuestro destino, empeorándolo todo.
Casi una hora después el viejo auto del tío Garret se detiene frente a una enorme y moderna edificación que en nada se parece a la que acabamos de dejar atrás.
Hecha completamente de roble, de tres plantas y con un inmenso jardín delantero lleno de exuberantes arbustos atiborrados de flores y fuentes con elegantes estatuas adornando las esquinas.
Avanzamos hasta la enorme entrada en la que Garret entrega la invitación. Los dos guardias la revisan muy por encima, sin tomarle mucha importancia; sin embargo, a lo que si prestan atención es al hecho de que no huelo a nada, por lo que me veo obligado a dejar de contener la respiración y soltar las cuerdas que mantengo bien presionadas en mi cabeza.
Entonces lo sienten. Comparten una mirada algo burlesca entre ellos y finalmente nos abren paso.
Así nuestra noche comienza.
(•••)
Dos horas.
Dos largas, incómodas y aburridas horas llevamos aquí. Sentados en el mismo lugar, mirando hacia la misma dirección y siendo ignorados por las mismas personas.
Garret está molesto, puedo sentirlo. Apesta a algo amargo y podrido. Seguramente creyó que sería más sencillo, como decir mi nombre y esperar sentado a que le llovieran las propuestas. Pero eso ni de lejos está sucediendo.
A estas alturas ya todos los miembros de las manadas invitadas deben saber lo que soy. Veo a las personas pasar delante de mí y mirarme con desagrado, dejando un rastro de risillas soberbias por donde caminan.
Como si el solo hecho de estar aquí no fuese ya suficiente humillación.
Es un poco tarde, pero aun así decido ocultar mi aroma lo mejor que puedo.
Observo a Garret a mi lado y me debato entre quedarme callado y soportar o abrir la boca y atenerme a las consecuencias. Quiero pedirle que nos vayamos, quiero volver a casa, esconderme bajo mis sábanas y no salir hasta que toda esta farsa acabe.
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(A)NORMAL.
WerewolfVaclaf es el primer y único hombre con designación Omega que ha existido en la manada y el pueblo no parece estar nada contento con eso. Se ha convertido en una vergüenza, el frágil blanco de burlas que ya nadie aprecia ni respeta. Morwen es el futu...