Ya era un poco tarde y no quería que se fuese a la cama sin comer, por lo que creí que ofrecerle cenar conmigo en la pequeña cocina de la primera planta era buena idea.
Y lo fue, al menos hasta que dejamos de estar solos. Ahora no comprendo cómo o exactamente porqué la imagen de mi extrovertido y muy sociable hermano menor y el pequeño Omega conversando y riendo como si se conocieran de toda la vida me molesta tanto.
Tal vez porque a mi no me ha sonreído de esa forma o porque desde que se conocieron no han hecho otra cosa más que ignorarme.
Ryker habla hasta por los codos. Bromea con él y le cuenta historias vergonzosas sobre nosotros haciendo travesuras cuando éramos niños.
El Omega, mostrándose más afable, solo se muerde el labio intentando no reírse.
No me ha mirado en ningún momento, pues toda su atención parece estar puesta en el Beta con cara de idiota que tiene en frente.
Ambos compartimos el mismo lado de la encimera, mientras que Vaclaf -quien se había ofrecido a preparar una tarta para nosotros- se mantiene en el lado contrario, moviéndose de aquí para allá, pero sin quitar su total atención a los disparates qué salen de la boca de mi hermano.
—Quería ser Batman —le escucho decir a éste de pronto, con la mirada ida, fingiendo recordar—. Así que me subí al techo y salté. ¿Sabías qué el murciélago desgraciado ese no vuela?
Vaclaf asiente.
—Bueno, pues yo tampoco. Me rompí un brazo y las dos piernas. Casi muero ese día —el Beta suelta un suspiro dramático—. Fueron buenas épocas.
La sonrisa del Omega se hace más grande. Sus ojos claros brillan como si tuvieran vida propia y por dentro, mi amargura crece. No entiendo porque siento como si mi hermano me estuviese robando algo.
Algo que me pertenece solo a mí y que no quiero compartir.
Solo deseo quitar esa tonta expresión de su cara, hacer que se aleje y no regrese de nuevo. Estoy enojado, realmente enojado con mi hermano y me asusta porque este no soy yo.
El ostracismo al que parecen haberme condenado estos dos me hace pensar. ¿Y si todo es por culpa del desgraciado que lo lastimó? ¿Y si por ser yo también un alfa lo recuerda cada vez que me ve?
Pero no tendría porqué, yo jamás sería capaz de hacerle daño. Sin embargo, no es comodidad lo que percibo en él cuando está cerca de mí. Es como si como si tratara de huir y lo odio. Lo detesto porque me hace sentir terrible.
—Voy a retirarme ahora —menciono llamando la atención de ambos.
—¿Qué? ¿por qué? —se apresura a preguntar el Omega—. El postre casi está listo, ¿en serio tiene que irse ya?
—Así es. Lamento no poder quedarme, pero realmente estoy cansado. Así que si me disculpan.
Es mi hermano quien levantando la mano se despide primero, sin quitar esa molesta sonrisa de su rostro, y Vaclaf solo asiente despidiéndose también.
ESTÁS LEYENDO
(A)NORMAL.
Про оборотнейVaclaf es el primer y único hombre con designación Omega que ha existido en la manada y el pueblo no parece estar nada contento con eso. Se ha convertido en una vergüenza, el frágil blanco de burlas que ya nadie aprecia ni respeta. Morwen es el futu...