En un mundo donde todo personaje de cuento, bueno o malo antes de ser relatado necesita ir a una escuela para cumplir su destino como dicta la ley del mundo de los cuentos. Donde no puede haber un puente que conecte ambos lados a partes iguales, bue...
-Ya, pero justo viene con nosotros alguien que puede enseñarme a cambiar el aspecto de alguien y el de uno mismo- miro a mi pareja y esta entiende mi punto- así nadie tendrá que estar solo y habrán refuerzos ahí, ¿qué les parece?- miro a todos los presentes
-Yo estoy dispuesta a seguir ese plan- dice Leo y los demás le siguen incluida mi amiga
-Será mejor que los más jóvenes se queden aquí con nosotros para que no corran riesgos- aconseja la mayor de todos los presentes y concordamos con ella, al ver que se ha hecho tarde cenamos antes de ir cada uno a sus aposentos para descansar todo lo posible
Al día siguiente nos preparamos y en lo que Leo me enseña el hechizo para poder cambiar el aspecto al que uno desea y lo logro con éxito hasta que llega Mérida con un par de soldados que cargan con unas cajas aparentemente pesadas que las dejan en el suelo antes de retirarse.
-Quiero que tengan algo para protegerles en el caso de que tengamos que luchar, no me perdonaría si salen heridas, creo que les quedará bien a ambas, las esperamos en la entrada del castillo- dice antes de retirarse, con curiosidad abro una de las cajas y encuentro dentro piezas de armadura
-Supongo que una para cada una, es un buen detalle de su parte- comenta observando la otra caja
-Pues sí, entonces vamos a prepararnos y con la misma nos ayudamos- asiente y como he dicho primero me ayuda a ponerme la mía
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y
después le ayudo a ponerse la suya
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la verdad es que nos queda bien a ambas y una vez listas y con las armas necesarias salimos al punto de encuentro y veo que también les han dejado armaduras a mi tripulación, nos reunimos a las afueras de la muralla y se paran frente a mí
-Vale, vamos a empezar con esto- desenvaino mi espada y según me ha enseñado voy cambiando la apariencia de cada uno a como recuerdo haber visto a los corruptos y dejando a un par de ellos como osos normales para hacer parecer que los llevamos a que tomen otro aspecto, una vez ya todos cambiados, incluida mi prometida cambio el mío siendo este de un tamaño mayor al resto
Les indico que avancemos y obedecen para empezar a caminar teniendo en el centro a los aparentemente normales a modo de seguridad para que no escapen, no tardamos mucho en encontrarnos con un par de osos corruptos y parecen entender la supuesta intención que tenemos y les seguimos por un buen rato hasta llegar a lo más alto de una montaña, aquí hay nieve y es una zona cercana a donde estaban los trillizos escondidos. Llegamos a una cueva oculta y siento a la vez que nos acercamos mucha energía peligrosa y al asomarme confirmo mi sospecha al encontrar varias gemas de corrupción en las paredes y que a medida que se cae una un oso sano se acerca y la gema se pega a su cuerpo y lo cambia, no noto la presencia de nadie más, es extraño todo esto pero no me puedo detener a pensar ya que están empezando a empujar a los supuestos sanos para cambiarlos y no pueden regresar a su forma humana si yo no rompo el conjuro. Viendo la presión no me queda de otra que actuar, por lo que deshago el hechizo y vuelven a su aspecto humano para empezar a luchar con los corruptos, se ve que son más fuertes de lo normal pero nos ayudamos entre todos. Cada vez van apareciendo más y más osos y nos van separando, es como si los controlaran de cierta manera, a mí me consiguen separa del resto y aparece frente a mí uno muy grande y se ve que es realmente fuerte, intento vencerle pero es difícil y recibo varios zarpazos y arañazos por parte de sus garras, escucho los quejidos de mi grupo y en un momento veo que estamos empezando a tener bajas, cosa que hace que me enfade. Veo a uno hacerle daño a Leonora y eso ha sido lo que ha derramado el vaso, cambio mi aspecto al de Scorpion y aumento mi tamaño para por fin atacar y dejar herido al oso y voy a ayudar a los demás mientras estos cambian de aspecto y empezamos a ganar territorio hasta que se me ocurre una idea.
-Necesito que los mantengan a raya, voy a acabar con esto de una vez- hablo alto y con la respiración agitada antes de entrar en la cueva y pienso en la solución y ya lo tengo- ¡aléjense de aquí, esto se va a poner caliente!- digo en alto y confundidos lo consiguen- vamos, tú puedes con esto- me animo a mí misma antes de centrarme en el fuego que empieza a desprender mi cuerpo fundiendo con la misma el hierro de la armadura y el calor de la cueva va aumentando pero no es lo suficiente para destruir las gemas, aumento más la temperatura y la combino con mi magia haciendo que este comience a volverse violeta y azul- Inferni Flammae- digo el conjuro que ha aparecido en mi cabeza antes de estallar todo en llamas ardientes similares a las del Infierno y consigo ver que cada gema comienza a estallar por los aires hasta no quedar ninguna y con la misma dejar las paredes de la cavidad sin las propiedades para que sigan apareciendo, en cuanto eso está hecho hago todo lo posible para hacer desaparecer todo el fuego que desprendo, cuando por fin lo logro camino fuera de la cueva y veo que toda la nieve está derretida, caigo agotada de rodillas en el suelo y veo acercarse a Leo preocupada, se quita su capa y la pasa por mis hombros para cubrirme puesto que con el fuego la ropa se ha destruido y calcinado
-¿Estás bien?- pregunta preocupada mientras trata de cubrirme todo lo posible
-Estoy cansada, pero ya se acabó ya no quedan más gemas y no aparecerán más, sólo quedan las que tienen ellos, habría que quitárselas intentando que no mueran para que no se extingan de la zona- explico cansada- tal vez durmiendolos logremos quitarles la gema y yo las calcino con la misma- cabeceo un poco hacia un lado
-Eso se hará en otro momento, ahora estás herida y has usado mucha de tu magia, debes descansar- me interrumpe la reina que se agacha para ayudar a mi pareja a ponerme en pie- disculpe Lady Lesso, ¿puede hacer algo con su magia para que tenga algo de ropa?-
-Tienes razón- su dedo comienza a brillar y en mi cuerpo aparece una camisa blanca y unos pantalones negros, la camisa comienza a tener leves manchas rojas- será mejor atender las heridas antes de regresar al castillo por si acaso, menos mal que lo vi venir y traje algunas cosas para los heridos- de su zurrón saca vendajes y un par de ungüentos para las heridas y aguja e hilo para las heridas grandes- no podré hacerlo yo sola, ¿me ayudáis?- le pregunta a la otra de cabellos rojos y asiente, entre las dos atiende tanto mis heridas como las del resto y una vez listos Puñales me carga en brazos y volvemos al castillo y en el camino consigo con mi magia a pesar de las quejas de todos, logro dormir a los osos que encontramos y destruir las gemas y vuelven a su forma original, casi al anochecer regresamos siendo vitoreados por los aldeanos al darse cuenta que hemos acabado con la amenaza y entramos al castillo y en el salón del trono donde aguardan su familia y los que se han quedado aquí
-Menos mal que habéis regresado todos de una pieza- Elinor abraza a su hija junto con el resto de hijos con emoción y yo no puedo evitar quejarme al sentir una punzada de dolor viniendo de un costado - hay que atender de inmediato sus heridas, llevadla a sus aposentos y traedme lo necesario para atenderle le ordena a sus hijos que obedecen con rapidez y me dejan con cuidado en la cama, la antigua reina con ayuda de Leo consigue atender y curar mejor mis heridas y darme un remedio para calmar el dolor hasta dejarme finalmente sola con mi pareja
-¿Tú nunca te vas a cansar de darme estos sustos, mocosa?- suspira antes de sentarse a mi lado
