"Las chicas como tú"

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"Las chicas como tú"
Abigail se perdió por un lado y Scylla se fue rápidamente hacia el
pasillo. Revisó su nuevo cuarto y nada. Lo mismo hizo con el de sus amigas y
tampoco allí estaba. Trató de entrar al baño pero un grito varonil de "ocupado" le dio
la respuesta que buscaba. Sólo quedaba uno. Justo la puerta por la cual se podía ver
un pequeño hilo de luz a través de la rendija que separaba el piso del mueble. Scylla
se frenó frente a la puerta y apoyó sus oídos, no escuchó ruido alguno.
- Nada de cosas raras bajo mis narices Collar - subió el puño y
golpeó sin prudencia. Nada escapa del control Ramshorn.
Después de los golpes en la puerta, la pelinegra volvió a apoyar su
oreja en la pared y esta vez sí escuchó ruidos. Eran ruidos de movimientos, una silla
que se corría tal vez, también captó uno que otro paso. Por fin iba a volver a ver a la
rubia.
Escuchó varios pasos y estaba lista para ver abrirse la puerta, hasta
que un estruendo en la sala la hizo cambiar su foco de atención - ¡ERES UN IDOTA! -
Un hombre con la boca rota desde el piso le gritaba a otro - MIRA LO QUE HICISTE -
la vasija que había alojado velas flotantes se había convertido en pequeños pedazos
de vidrio que estaban desparramados por el piso de la sala. Vaya saber a dónde habrían ido a parar las velas. El tipo que estaba en el piso se levantó y agarró al otro
por el cuello de su camisa, estaba listo para romperle la cara de un golpe.
- Mhmm - una carraspera lo detuvo e hizo que ambos hombres y
todo el círculo de personas que observaban divertidos la pelea, fijaran su mirada en la
persona que tenían enfrente. Parada en la entrada del pasillo estaba Scylla Ramshorn
cruzada de brazos y con un gesto inmutable.
- Scylla....digo... Señorita Ramshorn... Lo siento mucho - El primero de
los hombres que lanzó el golpe se agachó y empezó a recoger los pedazos de cristal.
- Deja eso - ordenó Scylla haciendo que el hombre detuviera su
intento. La pelinegra sabía que Abigail ya debía estar en su cuarto entre las
piernas de alguna mujer, así que era el momento perfecto para terminar con esta
fiesta. - De más está decir que quiero que mi departamento quede vacío en menos
de un minuto ¿Cierto? - No hubo respuestas verbales, directamente cada persona fue
tomando sus pertenencias y saliendo por donde habían entrado - Y tú - esta vez sí se
dirigió al chico golpeador, quien a su vez se frenó y volteó a verla - No aparezcas por
la oficina el lunes, ni ningún otro día - ordenó. Ups, alguien se había quedado sin
empleo.
La ojiazul sintió una puerta cerrarse y volteó rápidamente hacia la
habitación donde estaba Raelle, evidentemente la rubia había contestado a su llamado
pero al no ver a nadie volvió a cerrar. - Diablos - Se quejó Scylla con todas las
intenciones de volver a esa puerta y golpear nuevamente. Alguien frenó su intento
agarrándola del brazo.
- Scylla - la llamó
- ¿Qué quieres Prent? - la pelinegra se sacó la mano del chico de
su brazo
- ¿Yo también me tengo que ir? - preguntó tratando de sonar
seductor
La empresaria miró a Prent, luego volvió a mirar la puerta de Raelle,
volvió a Prent, volvió a la puerta y finalmente suspiró - Espérame en mi habitación -
le dijo al chico finalmente.
Con una sonrisa de superioridad el chico contestó - De acuerdo.
Pero no me hagas esperar tanto, no creo poder aguantar mucho tiempo - esto último
lo dijo mientras caminaba hacia el cuarto sacándose su cinturón.
- Genial - se dijo Scylla para sí misma - Al menos se va a pasar
rápido - caminó despacio hasta la puerta de Raelle por segunda vez en la noche.
Levantó su puño cerrado para golpear...
- ¡SCYLLA! SI NO VIENES EMPIEZO SIN TI - fue el grito de Prent que la frenó
- Estúpido Prent - se quejó volviendo a su propia habitación. El
plan confrontar a Raelle Collar quedaba para después.
- ¿Ya empezaste? - La cara de Prent lo decía todo, su mano había
estado trabajando. - Me vas a tener que dar un tiempo para recuperarme - respondió
el chico acomodándose en la almohada.
- Idiota - fue lo último que dijo Scylla antes de apagar la luz.
Mañana será otro día.

A la mañana siguiente
- PRENT, PRENT - Desde su costado en la cama Lena trataba de
despertar al chico - ¡PRENT! - un grito y un empujón que lo tiraron al piso fueron
certeros.
- ¿Qué DEMONIOS SCYLLA? - Prent se sobaba la cabeza
- Tienes que irte, odio ver tu cara en la mañana. Y mucho más oler
tu horrendo perfume de antitranspirante barato, me da nauseas - le dijo la pelinegra
con cara de asco
- Te quiero fuera de mi departamento para cuando salga de
ducharme - sentenció saliendo de la habitación para ir directo al baño. Por supuesto
que antes de entrar, le dio una mirada a la famosa puerta que le quitaba el sueño, no
había luz por la rendija y mucho menos se sentía ruido. La empresaria agitó su
cabeza, esto ya le estaba quitando mucho tiempo, tenía que concentrarse en lo que
realmente importaba. Con ese pensamiento se fue a bañar.

NO SOY PARA TI (RAYLLA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora