"La semaforización"

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Dos semanas después – Oficina de Scylla

- ¡SCYLLA! – Abigail entraba a la oficina de la ojiazul. Traía un papel en su mano y por la cara parecía ser algo urgente.

La pelirroja levantó su dedo para silenciar a su amiga mientras
terminaba de hablar por teléfono, la neoyorquina se quedó cruzada de brazos en frente de su escritorio en su mejor postura de irritación.

- Es usted el que no está entendiendo Señor Wade – le aclaró la
empresaria al destinatario de la llamada.

– La firma Ramshorn & Bellweather Corp tiene más del treinta por ciento de las acciones y eso convierte a mi compañía en la socia mayoritaria, por ende déjeme recordarle que podemos tomar cualquier decisión que nos plazca u oponernos a las que tome el resto dejándolas sin validez... Todavía no he terminado de hablar – calló la interrupción del hombre – Si hemos decidido votar en contra de que ese hombre sea nombrado director de finanzas es porque tenemos otro nombre en mente – ya tenían todo arreglado de hecho – Exacto. Es lo que decimos nosotras o nos vamos a ver obligadas a rescatar nuestras acciones y usted bien sabe lo que eso significaría para... Ahora nos vamos entendiendo. Espero que mañana hablemos en otros términos... Hasta luego – cerró la llamada y con una enorme sonrisa enfrentó a su amiga.

- Eres infalible Scyl – la felicitó Abigail.

- ¿Lo lograste? – preguntó sin duda.

La castaña asintió – Vamos a manejar las finanzas de esa empresa como nos plazca Abs - Scylla apretó el botón de su intercomunicador – Lupe trae una botella de champagne con dos copas por favor - al parecer había algo que festejar.

Abigail sonrió hasta que se acordó del motivo de su visita a la oficina de Scylla. Rápidamente volvió a adoptar su posición de enfado y agitó el papel que tenía en su mano. Lo estampó en el escritorio de la pelirroja.

- ¿Qué es esto? – Scylla se puso sus gafas y agarró el papel.

Abigail pudo ver como su amiga fruncía el ceño mientras leía - ¿Otra licencia? Esta es la...

- La quinta en el año Scyl – informó la neoyorquina – Mi madre tenía razón, hay que echarlo inmediatamente, estoy segura que nuestros abogados pueden alegar irresponsabilidad o algo así. Estuve hablando con ellos y dicen que... - mientras Abigail seguía diagramando una forma de pagarle menos de indemnización al empleado Scylla volvía en sus recuerdos, de vez en cuando se tenía que acordar de mover su cabeza para que su socia no le llamara la atención por no estar escuchándola.

Fue exactamente este empleado sobre el cual Raelle opinó que habría que preguntarle porque pedía tantas licencias, y fue en ese preciso momento que Scylla estaba segura que Raelle le había empezado a caer mal a Petra Bellweather. Dios, como detestaba Scylla a esa mujer.

El primer fin de semana que se mudaron, y tal como Abigail lo sospechaba, la tuvieron de visita en el departamento y la mujer se había dedicado las dos primeras horas que la vieron a despotricar contra Raelle.
No fue hasta que Scylla la hizo callar pidiéndole respeto por alguien que había sido tan amable de darles asilo, que la mujer paró un poco su veneno.

Lo siguiente fue que tanto Scylla como Tally se inventaron excusas para salir del departamento rumbo a cualquier lado, lo que menos querían hacer era aguantarse a la vieja bruja criticando las elecciones de Abigail y a su amiga lamiendo el trasero de su madre con tal de obtener su aprobación.

La pelirroja no supo exactamente donde se ocultó Tally el día sábado, pero ella se la pasó todo el día en su propia oficina.

El domingo tanto la bailarina como Scylla se levantaron temprano para irse al hogar con la esperanza de que las niñas les pudieran hacer olvidar a la bruja de Petra, y bueno tal vez Scylla tenía suerte y se encontraba con Raelle también.

NO SOY PARA TI (RAYLLA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora