5. Forastero

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La mariposa aleteó, generando una ráfaga de sucesos que no se detuvieron nunca jamás.
El comienzo del eterno sin fin.

🦋

Con la lluvia cayendo sobre su cabeza, sintió como el hombre tras él, intentaba acomodar las correas con su mano libre y sabrá Dios qué más, ya que se batía torpemente.

-Cuidado - Le pidió el joven - ¿Qué intentas hacer? Me caeré si sigues moviéndote así.

-Me disculpo, estoy intentando aflojar mi capa para cubrirlo - susurró - pero me cuesta hacerlo con una mano. Usted está temblando.

El estómago de Jungkook se apretó ante aquello.

-Gracias, pero estoy bien.

Rio al saber que mentía.

-Está temblando tanto, que hasta mis dientes castañean. La capa nos mantendrá caliente a ambos. Pero necesito algo de ayuda ¿Puede agarrarla?

El azabache asintió tímido. Tomó un extremo de la capa y la puso sobre su hombro, repitiendo la misma acción para el otro lado.

Se sentía extraño.

No era tan solo el calor de la manta lo que lo hizo sentir más cálido, sino que también el cuerpo del chico.

Automáticamente dejó de temblar por el frío, sin embargo, no había sentido tal cosa como otro hombre apegado a su espalda, que no fuera Seokjin.

Algo dentro de él se sintió mal, no estaba bien.

¿Para dónde iban? ¿Qué querían de él?

-Así no se congelará antes del amanecer.

-¿Amanecer? ¿Significa que cabalgaremos toda la noche? - preguntó con la voz entrecortada.

-Toda la noche... y la siguiente al parecer. Es buena época en el año para viajar - comentó casi sonriendo.

No podían.

-Druida - le llamó el líder - Vamos, no te quedes atrás.

Pero Jungkook jamás había cabalgado. No tenía idea como mover un caballo y mucho menos tomar de sus riendas.

Sintió como la persona tras él le dio un ligero golpe con el talón al animal e hizo un ruido con los dientes y la lengua para indicarle que debían avanzar.

-Tira de la cuerda derecha si quieres ir a la derecha, de la izquierda si quieres girar a la izquierda. - explicó - Si jalas de ambas, se detendrá, es sencillo.

Y partieron camino a quien sabe dónde.

Iban rápido pero no lo suficientemente escandalosos para que los oyeran. Era obvio que iban de fugitivos de los hombres con chaquetas azules. Asumió por su cuenta que se traba de rebeldes escoceses.

Había una densa niebla a ras de suelo, pero no les impedía continuar. Jungkook estaba seguro que ellos ya habían hecho ese recorrido antes porque iban muy seguros.

Cuando el sol comenzaba a asomar en el horizonte, se pudo dar cuenta que la vegetación ya había disminuido su densidad y el terreno parecía ser más abierto.

Pasaron al costado de un gran río, sobre una ruta ya marcada por ruedas y más pisadas de caballo.

Cruzaron un riachuelo levemente correntoso, pero no tan profundo.

El agua le salpicó los tobillos y le hizo estremecer, era una mañana fría.

Bajaron la velocidad de la marcha cuando llegaron al pie de unas montañas picudas y prominentes.

Danza bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora