11. La salida

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Lilas, amapolas, lavandas.

Esa mañana olía a flores y la brisa llevaba el aroma hasta la nariz de Jungkook, quien había salido del castillo con una canasta vacía en mano.

Detrás de él, iba Angus, ya cansado de vigilarlo.

-¿Nunca se sienta, señorito? Tengo el desayuno en la garganta tanto seguirlo.

-Caminar es bueno para la digestión. -Respondió sin obtener reclamo alguno, ya que realmente el hombre no tenía idea si eso era verdad o no.

Llegaron a un laberinto de arbustos.

De pronto hasta sus cabezas fueron cubiertas por parrones de uvas verdes y aromáticas.

-¡Jungkook! -Gritó Geillis apareciendo de la nada.

-¡Me alegra que puedas acompañarme! -Le dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Se acercaron rápidamente el uno al otro hasta estrecharse en un abrazo.

-No me lo hubiera perdido. -Musitó mientras le tomaba la mano  y lo arrastraba hacia algún lugar.

Angus se quedó parado en un sitio observando aquella escena.

De verdad iba a vomitar y ahora tendría que soportar no solo a un curandero adicto a las plantas, si no que a dos.

-Esto se pone cada vez peor. -Se dijo a sí mismo quedando un poco atrás, pero sin perderlos de vista.

Los jóvenes, cada uno con su canasto, comenzaron a observar el camino en busca de algo interesante mientras la conversación se ponía cada vez más agradable y fluida.

Geillis quien iba detrás del muchacho hablaba y hablaba con el acento escocés que tanta gracia le causaba a Jeon.

-Me tocó caminar con el pedante charlatán del padre Bain. Planea hacerle un exorcismo al muchacho Baxter. -Pausó mientras un arbusto le robaba la atención. -¡Oh, bayas de arándanos! No suelen verse en esta temporada.

-Dijiste ¿Exorcismo? -preguntó el azabache aún en shock por esa palabra tan fea.

-Sí, aparentemente Tommas Baxter fue a la iglesia negra con el pequeño Lindsay MacNeill. Ahora el tonto tiene el mismo mal. -Murmuró mientras quitaba los pequeños frutos de las ramas. -¿Quieres también de éstos?

-No... -Respondió cabizbajo.

-¿Qué sucede? -le miró de reojo al ver una clara preocupación en el rostro del joven.

-Ese muchacho, Tommas. Es el sobrino de la señora Fitz. -Sacudió la cabeza en negación. -Cuando dices que ''tiene el mismo mal'' ¿Qué quieres decir? ¿Que está enfermo?

-No está enfermo. Está poseído. ¿No crees en la posesión demoníaca, Jungkook Jeon?

Jeon le alzó una ceja casi ofendido.

-¿Tú sí? -Preguntó con sátira.

-Creo que hay poderes que no podemos comprender... que no podemos ver, ni oír, ni tocar. Demonios, hadas, diablo, no importa cómo lo llames. Pero crees en el poder de la magia ¿No es así? -Le preguntó casi con malicia.

Jungkook le miró por un segundo y luego rehuyó la vista hacia otro lado como buscando algo en los alrededores.

-No lo creo.

Se agachó a recoger algo de hierba buena en el camino mientras la joven le seguía los pasos de cerca, ahora intrigada por el comportamiento sospechoso de su acompañante.

-¿Nunca estuviste en una situación que no tiene explicación terrenal?

El muchacho se volteó a confrontarla.

Danza bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora