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-¿Me estás hablando completamente en serio?

-Completamente en serio, hermana.

Ahí estaba, intercalando mi vision desde mi mejor amigo a lugar donde nos encontrabamos.

Daniel me había llamado para que fuera urgentemente a una dirección, mi pensar no era encontrarlo viendo un apartamento para mudarse.

Se me olvidaba lo impredecible que era este chico.

-¿Aceptas? -Me pregunta ilusionado, pude ver la emoción brillando en sus ojos. Yo aún estaba procesando la noticia.

Una vez llegué al lugar me preguntó si me gustaba, yo no entendía y sólo le dije que parecía un buen lugar, era espacioso, tenía buena luz, contaba con dos habitaciones, un baño, un pequeño cuarto de lavandería aunque le faltaban muchos muebles. El recibo era un área de concepto abierto hasta el comedor y la cocina, que en realidad no eran tan grandes pero era funcional.

Era mejor que aquel cuarto de soltero universitario donde vivía. Dónde durmiendo fácilmente podía encender la cocina con el pie.

Me dijo que su tío había conseguido aquel lugar, se lo alquilarían a un buen precio y mejor aún, no pagaría ningún tipo de depósito, sólo el mes de renta.

-¿Me estás hablando en serio? -Vuelvo a preguntarle, como si fuese un loro o algo por el estilo. Mi corazón estaba como loco.

Era claro que me gustaría salir de aquella habitación diminuta donde por las noches podía escuchar a mis vecinos teniendo sexo.

No lo había hecho por cuestiones de dinero. Pero ahora tenía un trabajo decente, tenía mucha más estabilidad. Y justo mi amigo me ofrece aquello.

¿Era una señal divina?

-No. -Me sonríe sarcástico. -¡ES EN SERIO! mira el lugar, serán sólo 1.200$ mensuales. Puedo pagarlo yo sólo, pero sinceramente me dejaría algo corto para mis proyectos, pensé, ¿Por qué no invitar a mi mejor amiga rayita hermana a vivir conmigo?

-Me encanta la idea. -Le digo lanzandome a abrazarlo. El chico alto me abraza de regreso haciéndome sentir cálida y acompañada.

-¿Tu trabajo te permite mudarte conmigo? -Me pregunta. Claro que sí, tenía mi trabajo y los ahorros que me mantenían a flote.

Era una buena opción compartir gastos con él, nos ayudaría a ambos. De por sí ya vivíamos uno en la habitación del otro.

-Será un placer ser tu roomie. -Él aplaude y mira nuevamente la sala. Que sólo tenía un pequeño sofá.

-Hogar dulce hogar. -Gira sonriendo en mi dirección. -Dentro de unas semanas podremos mudarnos. Está todo casi listo y... Oye.

-Dime. -Caminé hasta él, él colocó sus manos en su cintura y me miró dudando unos segundos.

-¿Si crees que a Emma le han gustado las flores que le di?

(...)

Jenna había estado en Brasil, Canadá, New York y París en cuestión de unas dos semanas y media, Wednesday definitivamente había sido un éxito total, la había catapultado a la fama en cuestión de unos días, ahora, era la jóven actriz del momento, sus seguidores en Instagram habían subido a treinta millones, en un abrir y cerrar de ojos.

También empezó a aparecer menos en sus redes, empezó a archivar sus fotos.

Había estado disfrutando en Brasil, me había contado que le habían enseñado a bailar samba, que la gente era muy amable y que amaba la comida. Y yo, encantada escuchaba todas sus anécdotas.

Souvenir • Jenna OrtegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora