𝘛𝘩𝘳𝘦𝘦

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Kiriko y Ángela se encontraban en la cocina haciendo el desayuno con un poco de ayuda de Genji, mientras que Hanzo y Cassidy se encontraban en la mesa. Hanzo leyendo un libro y Cole poniendo atención a las historias que contaban los dos jóvenes de pelo verde.
— ¿Recuerdas cuándo te tropezaste con tu espada y todos se rieron? — Preguntó risueña la amante de los zorros.
— Sí... Aún recuerdo el golpe que me di. — Respondió Genji un poco avergonzado.
— Pero esa anécdota no supera la del Arcade. — Dijo Kiriko mientras se reía un poco.
— ¡Dijimos qué no hablaríamos de eso! — Comentó el peliverde tratando de sonar molesto pero la risa le estaba ganando.
— ¿Qué fue lo que ocurrió en el Arcade? — Preguntó Mercy con una sonrisa en su rostro.
- ¿¡No le has contado esto a tu novia!? - Gritó Kiriko con un tono jocoso mezclado con asombro.
- ¿Contarme qué? - Habló la rubia un tanto curiosa.
- ¡Qué Genji salía con medio Hanamura! - Dijo la de la máscara del zorro. - ¡¿Enserio no lo sabías!? - Cuestionó la peliverde.
- No, no lo sabía. - La rubia le dedicó una mirada asesina a su novio.
- Pues, te cuento... - Kiriko se acomodó en uno de los bancos que habían en la isla de la cocina. - Resulta que aquella vez, Genji estaba en el Arcade para saltarse las clases con mi mamá, él estaba jugando en las maquinitas y comiendo botanas con una chica, a la cual se estaba ligando. Pues resulta que estaban otras cinco chicas en el mismo Arcade, pero esas chicas no eran chicas cualquiera, ellas conocían a don Romeo, porque él les había coqueteado, al parecer lo reconocieron y le empezaron a reclamar, que como es posible, que a todas las había engañado, etcétera. Entonces, el muy cobarde se fue a esconder al baño y le mandó un mensaje a su hermano. - Kamori hizo una pausa para darle un mordisco a una dona que había en medio de la isla. - Le dijo que fuera de inmediato al Arcade, que estaba en problemas, Shimada, evidentemente, entró un poco en pánico porque pensaba que a su hermano lo estaba persiguiendo el clan enemigo o algo así. Shimada me dijo: "Quedate aquí, no tardo" tomó su arco y se fue corriendo, pero se le olvidaron las flechas, así que como buena niña que era, lo seguí para dárselas. Ví como Shimada entraba al Arcade, entonces entré. Cuando entré ví una gran masa de chicas en la puerta del baño, gritando a todo pulmón que Genji era un idiota, después de eso Shimada salió con Genji y una chica le iba a pegar un puñetazo al tonto este pero se lo terminó dando a Shimada. - Kiriko fue interrumpida por el arquero.
- Lo que tuve que soportar porque al parecer Genji no podía tener una sola pareja como una persona normal. - Dijo Hanzo sin despegar la vista de su libro. La peliverde solo rió un poco y siguió contando la historia.
- Después de que el rescate de Genji fuera "exitoso", Shimada le preguntó que, qué fue eso, Genji le dijo que las chicas con las que estaba saliendo se enojaron con él por que lo vieron con otra. Les juro que nunca había visto a Shimada Hanzo tan enojado como aquella vez, fue tan gracioso, le dijo que era la última vez que lo sacaba de sus problemas tan estúpidos como este. Cuando le terminó de gritar, me volvió a ver a mí y me preguntó que, qué hacía ahí, y le dije que había olvidado sus flechas, me las arrebató y se fue a la práctica de espada, cuando me dejó sola con este tarado me reí como por cinco minutos seguidos y ya cuando decimos irnos una chica salió del Arcade y le tiró un tacón a la cabeza, haciendo que cayera de cara, lo que provocó que me riera otros quince minutos. Cuando llegamos a la práctica no pude concentrarme en todo el entrenamiento, al final se lo conté a mi mamá y ella se rió durante toda la clase. Fin. - Finalizó su relato para volver a ver al cyborg que estaba riéndose entre dientes.
- ¡Oh, oh! ¿¡Te acuerdas cuándo te quedaste atorado en la cerca de tu casa por qué, según tú, te ibas a saltar las clases de mi mamá!? - Comentó la peliverde divertida.
- ¡Ya, suficiente! - Dijo el ninja mientras se dirigía a ella entre risas y le desacomodaba el cabello.

Kiriko empezó a poner la mesa mientras discutía de manera amistosa con el peliverde y su novia.
- Son como niños, ¿no crees? - Preguntó Cassidy al mayor de los Shimada.
- Sí, pero ya se han calmado, antes eran más insoportables. - Dijo el pelinegro mientras le dirigía la mirada al vaquero para luego volverla a posicionar en el libro.
- ¿Por qué lo dices? - Cuestionó el castaño.
- Esos dos solo se la pasaban molestando a todos y uno de sus blancos de bromas, era yo. - Cole solo rió para contagiarle un poco de su risa a Hanzo.
La risa del pelinegro era muy hermosa, que provocó que el mayor se perdiera en su sonido. El momento de trance de Cassidy fue interrumpido por la voz de cierto ninja peliverde.
- Cuenta la leyenda que cuando Hanzo ríe, un perrito muere. - Dijo el cyborg con un tono burlón, su comentario fue apoyado con una risa de Kiriko.
- Cállate. - Le reprochó su hermano mayor, mientras de a poco recobraba la compostura.
Todos se sentaron en la mesa para disfrutar del desayuno.

Cuando terminaron, Hanzo y Cassidy se dispusieron a limpiar la mesa y lavar los platos.
Cole estaba tratando de inventar algún tema de conversación para romper el hielo que había entre él y el japonés, pero dejó de ser necesario porque el arquero empezó a hablar.
- Veo que se lleva muy bien con mi hermano. - Comentó el pelinegro mientras secaba los vasos.
- Sí, lo conozco desde hace mucho, somos mejores amigos. - Dijo el vaquero mientras le dedicaba una sonrisa.
- Lo sé, solo me habló maravillas de usted. - Dijo sin parar su acción.
- ¿Enserio? ¿Cómo qué cosas te dijo? - Preguntó curioso el castaño.
- Que es un gran hombre, y que puedo confiar en usted. - Mencionó el pelinegro para verlo a los ojos.
- ¿Y tú qué opinas? - Dijo un tanto nervioso Cole en espera de la respuesta del más bajo.
- No lo conozco lo suficiente, pero sé, que mi hermano no está mintiendo en lo que dice, incluso creo que es mucho más de lo que me a comentado. - Terminó de hablar Hanzo con un poco de sonrojo en sus mejillas. - Si me disculpa, iré a mi habitación, nos vemos más tarde. - Dijo eso último para salir por el marco de la puerta.
Cassidy estaba un poco impactado, su forma de ser le había agradado al japonés, además, las palabras de ánimo que le dió en la madrugada le habían ayudado un poco, y tampoco hay que olvidar que lo hizo reír, dos pájaros de un tiro, pensó mientras se le dibujaba una sonrisa.
- Eso fue totalmente extraño. - Comentó una voz femenina entrando por la puerta, esa voz era de Kiriko.
- ¿Por qué? - Cuestionó el vaquero a la más jóven.
- Shimada no actúa así con nadie, creo... Que le caes bien. - Dijo con un tono juguetón la peliverde mientras se acercaba a la isla para agarrar una dona. - Deberías sacarle algo de ventaja a eso, vaquero. - Mencionó la amante de los zorros antes de desaparecer por el marco de la puerta.
"Sacarle ventaja", pensó, era una gran idea y esta más que claro que lo haría, pero... ¿Cómo?
Primer paso, conocerlo a fondo, sus gustos, pasatiempos y si se gana más su confianza, que le abruma.

"Si, un excelente plan."

𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘈𝘨𝘢𝘪𝘯 ; 𝘠𝘦𝘦𝘩𝘢𝘯 ༅ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora