𝘛𝘦𝘯

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Era la mañana siguiente, los rayos del sol se filtraban por la ventana anunciando que era un nuevo día. El primero en despertar fue Hanzo, un dolor en su espalda baja lo había despertado, nada que una pastilla no arreglara después. Cuando se acomodó para sentarse sintió los brazos del vaquero alrededor de su cintura, lo volvió a ver y esbozó una tonta mueca mientras que le empezaba a acariciar la cabeza para que de a poco se despertará el castaño.
Cassidy sintió las frías manos del japonés acariciandolo, lo que provocó querer despertar y ver el rostro de su amado arquero.
- Buenos días, azúcar. - Dijo mientras se le escapaba un bostezo y se estiraba. - ¿Dormiste bien? - Preguntó dándole un beso en la punta de la nariz.
- Sí... ¿Y usted? -
- Como un bebé. - Cole volvió a bostezar de nuevo mientras que ambos se quedaban en silencio. Pensaban en su ahora relación, hace tiempo no vivían algo así, estaban nerviosos de como iban a proseguir las cosas.
- Entonces, Hanz... ¿Qué somos? - Cuestionó el vaquero mirando al más bajo, este le volvió a ver confundido pero con una pequeña sonrisa.
- Creo que es una pregunta tonta si consideramos lo que pasó anoche. - Respondió el pelinegro cruzándose de brazos. Cassidy solo rió.
- Lo sé, solo... Quería saber si tú estabas de acuerdo en que seamos pareja. - Dijo el americano mientras se ponía una mano en la frente por la vergüenza.
- Claro que estoy de acuerdo, Cole... - Hanzo hizo una pausa antes de seguir hablando, estaba pensando en que le iba a decir. - Yo... En serio, estoy enamorado de tí, eres un gran hombre, sería un idiota si no quisiera estar contigo. Contigo he sentido cosas que hace tiempo no experimentaba, eres alguien realmente increíble. - Concluyó el japonés con un leve sonrojo en sus mejillas. Cole posó su mano en la mejilla del otro chico, estuvieron así por un tiempo antes de que alguno volviera a hablar.
- Dentro de poco regresaré a Gibraltar. - Cassidy rompió el silencio mientras retiraba su mano del asiático. - Y no pienso dejarte aquí solo. - Terminó de hablar el vaquero, el Shimada solo bajó su cabeza.
- Yo no soy bienvenido en ese lugar. - Habló Hanzo jugando un poco con sus dedos. - No después de lo que pasó con Genji. - El pelinegro volvió a levantar su cabeza para ver la cara de su ahora pareja.
- ¿Y qué más da, Hanz? Genji ya te perdonó ¿No? - Preguntó el castaño tomando las manos del arquero.
- Genji, los demás no. - Dijo el más bajo.
- La opinión de los demás no importa, cariño, tú sabes que fue un gran error pero aún así decidiste cambiar y tratar de seguir adelante. Tú vas a Gibraltar para estar conmigo, con tu hermano, con tu cuñada y por tu futuro sobrino, no para agradarle a todo el mundo. - El americano tomó el rostro de Hanzo y le dio un beso en su mejilla. - Yo pensaba antes que eras alguien cruel pero cuando te fuí conociendo mejor me dí cuenta que no eres esa clase de persona, posiblemente si las personas te conocen mejor tal vez cambien esa idea de tí cómo lo hice yo... Aun sí piénsalo, azúcar. - El vaquero le dedicó una sonrisa. El pelinegro solo asintió, era más que seguro que lo iba a pensar y la verdad esas palabras le subieron un poco su ánimo.
- Deberíamos ir a desayunar, que tengo mucha hambre y de seguro tú también. - Cassidy se levantó de la cama, tomó la mano del Shimada para que él también se pusiera de pie y salieran juntos hacia la cocina, donde se encontraban los demás.

Saliendo de su ahora habitación, se escuchaban los gritos de una chica, bastante molesta, era Kiriko, ella estaba regañando al hermano menor de Hanzo. Su regaño era un poco (muy) fuerte, incluso hizo que un kunai se clavara en la pared a pocos centímetros donde estaba Cole.
- ¿¡En qué estabas pensando!? - Gritó la chica mientras preparaba otro kunai. - ¡Concebiste a un bebé, en mi propia casa! ¿¡Qué hubiera pasado si yo hubiera entrado a la habitación y te veía en esas!? - Kamori lanzó su kunai pero Genji lo pudo esquivar.
- ¡Lo siento! ¿¡Okay!? ¡No pensé que ibas a reaccionar así! - Dijo muy asustado escondiéndose detrás de una silla.
- ¿¡Y cómo pensaste que iba a reaccionar, imbécil?! - La peliverde estaba roja del enojo, fue a donde estaba el japonés pero huyó para ahora esconderse detrás de su hermano.
- ¡Hanzo, ayúdame! ¡Me quieren asesinar por segunda vez! - Su hermano mayor no estaba entendiendo absolutamente nada y simplemente volvió a ver al hombre que tenía a su lado, estaba en las mismas que él.
- ¡Deja de esconderte, cobarde! ¡Enfrenta las cosas como un hombre! - La japonesa se dirigió a donde estaba el Shimada menor y el peliverde tomó a su hermano por los hombros usándolo como escudo, el pelinegro se estaba cansando de la situación y solo explotó.
- ¡Ya basta los dos! ¡Dios! Primero, Genji... ¿Qué demonios está pasando? Segundo, Kamori, baja ese kunai y tercero ¿Por qué la mesa está partida a la mitad? - Preguntó Hanzo mientras se apartaba de los dos jóvenes.
- ¡Está bien! ¡Dile, Genji! ¡Dile lo qué hiciste en mi casa y en mi propia habitación! ¡Sé hombre! ¡Tuviste las suficientes-! - Kiriko se calló y comenzó a respirar hondo. - Solo dile, desgraciado... - Miró seria al peliverde que simplemente miraba el piso como si fuera lo más fantástico del lugar.
- Ángela y yo estamos esperando un bebé... - Hizo una pausa para ver la reacción del pelinegro, este ni se inmutó, eso solo confundió a su hermano menor. - ¿No dirás nada? - Cuestionó dudoso.
Hanzo negó con la cabeza y Genji siguió con nerviosismo su relato.
- Bueno... La cuestión es que Angie tiene dos o tres meses, no lo sé muy bien, y bueno... Es el tiempo que llevamos aquí y... - No quería continuar, se sentía patético, no es como que hablar de su vida sexual sea un tema que le guste tocar con su hermano, ni mucho menos con Kiriko al frente.
- Déjame adivinar... ¿Tuviste sexo en la casa de Kamori? - El arquero se cruzó de brazos, el menor no dijo ni una palabra. - Bueno... Tampoco es un tema para enojarse de esa manera, digo, no es como que lo hayan hecho en tu cama, Kamori. - El japonés miró a la más jóven que solo empezó a reír como si fuera una psicópata.
- ¡Es que eso es lo que justamente ocurrió! - La peliverde alzó sus abrazos agitada. - ¿Recuerdas cuándo Genji tuvo que quedarse a dormir en mi habitación por un mes y un poquito porque estaba arreglando su cuarto? - El arquero asintió he hizo un ademán para que continuara.
- Bien... ¡Fue en ese tiempo! ¡Estoy más que segura! - La chica volteó a ver al acusado. - ¡Míralo! ¡Ni siquiera lo niega el cínico! - El de cabello verde simplemente se encontraba en silencio, estaba complemente rojo y lleno de vergüenza. Como desearía que la tierra se abriera y se lo tragara ahí mismo.
- Sí, está mal y entiendo tu enojo, pero no justifica que quieras desaparecer la casa. - Hanzo señaló toda la destrucción que había en el lugar, incluso un kunai logró hacer que la pared obtuviera una fisura.
- En serio querías matarme. - Habló por fin Genji, los dos presentes solo miraron serios. - ¡Ya perdón! ¿¡Sí!? ¡No pensé en las consecuencias, soy un idiota! - Se tiró al piso y pusó sus manos arriba de su cabeza en forma de súplica.
La peliverde miró de reojo al mayor de los Shimada para asegurarse de que no lo perdonaría, porque ella no lo iba a hacer. Como solo lo miraba sin ningún tipo de expresión en su rostro supuso que estaba de su lado.
"Victoria para Kiriko, como siempre." Pensó segura.
- Está bien, estás perdonado, solo no lo vuelvas a hacer. - El pelinegro le ayudó a levantarse y su hermano menor solo lo abrazó, fue correspondido con unas palmaditas en la cabeza.
Kamori, por otro lado, los miraba indignada, traicionada, incluso como se les ocurría tener un momento sentimental en su cara.
- ¡¿Es en serio?! ¡¿Lo perdonarás así porque así?! - Gritó enojada.
- Sí, lo que hizo está mal, pero ya lo hecho, hecho está y además está arrepentido ¿Verdad, Genji? - El mencionado asintió sin despegar su cara de los ropajes de su hermano, parecía un niño pequeño. - Ya, suéltame. - Lo apartó y se volvió a cruzar de brazos.
Kiriko, miraba y analizaba con determinación la situación y había algo raro, lo notaba.
"Como que Hanzo anda muy feliz... Él normalmente anda como: ¿Por qué desperté y no me morí? Pero hoy..." Meditó mientras observaba entre ojos al Shimada mayor, incluso se puso del lado de su hermano, de seguro algo pasó y ella ni enterada.
- Oye, Shimada... ¿Algo qué nos quieras decir? - Soltó sin más tratando de disimular su curiosidad.
- ¿Me hablas a mí? - Hanzo se señaló y la chica asintió. - Nada... - Se le hizo extraña la pregunta.
- No te creo. - La jóven le iba a sacar la información a como diera lugar. - Estás actuando extraño... Algo ocultas... - Se acercó un poco hacia el arquero mientras lo miraba entre ojos.
Genji también notó ese comportamiento.
"Raro" Pensó, su hermano jamás lo defendía, incluso decía que lo que le pasará era una consecuencia de sus actos y tenía que hacerse el responsable.
- Sí anija, estás extraño... - Genial ahora el peliverde hacia "complot" con la otra teñida del mismo color.
Los mejores amigos se vieron entre sí y como sí hablaran de manera telepática empezaron a bombardear de preguntas al arquero.
"¿Estás bien? ¿Estás enfermo? ¿Necesitas ayuda? ¿Algo te picó? ¿Eres el gemelo malvado de Hanzo que acaso lo mató en la noche y lo está sustituyendo?"

𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘈𝘨𝘢𝘪𝘯 ; 𝘠𝘦𝘦𝘩𝘢𝘯 ༅ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora