Capitulo 5

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Pov Sam

Durante las últimas tres semanas había estado volando sin parar. Madrid. Alemania. Irlanda. El eje principal del negocio de mi padre podría estar en Las Vegas, pero su poder llegaba a todo el mundo. Y él tenía que mantener ese poder, esa presencia, así podría seguir siendo relevante. Cené con un miembro de la familia real en España, me mezclé con los hombres de negocios de la Bolsa de Frankfurt, y atendí un evento de recaudación de fondos para promoverla sustentabilidad de recursos en Dublín.

Cada evento era un evento publicitado. Todo ello dirigido, controlado y orquestado por mi padre.Me había divertido en cada uno de ellos. Conocer gente nueva y viajar a diferentes países y localidades era estimulante. Sólo deseaba que mi padre fuera lo suficientemente considerado para preguntar por mi disponibilidad, así no tenía que cancelar mis planes previos de trabajo en el hospital o para pasar tiempo con mi madre. Pero él no se preocupaba por eso. Nunca lo hacía. Para él la educación no era un activo importante.

Menos mal que mamá luchó para que fuera a una escuela pública en lugar de ser educada en casa. Sino no habría conocido a Jim en primer grado.-¿Te divertiste en tu viaje? -preguntó Kirk, con sus ojos de un tono más oscuro mientras se inclinaba en su silla para acercarsemás a mi oído. Él no tenía ni idea de que lo último que quería era combinar los gratos recuerdos de mi viaje con esto.

-Sí. -Le di una sonrisa desdeñosa, tratando de contener mi bilis retorciéndose dentro de mi estómago.diaba estar aquí. Odiaba ser testigo de esto. Iba en contra de mis principios, de mis códigos morales. Pero no tenía elección.-Le encanta viajar. -Mi padre, que pensé que no estaba escuchando mi conversación con Kirk, se extendió en mi respuesta.

Las luces se habían atenuado hacía unos minutos, pero vi el brillo, el brillo inquebrantable del gris de sus ojos. Su voz era modulada, dando la impresión de que era feliz, incluso cuando no era cierto. Él prácticamente me había encadenado para asistir a esto de nuevo. Sabía que estaba furioso.La primera vez que vi algo como esto, tuve mi cabeza agachada lavmayor parte de la pelea.

No podía soportarlo, no podía soportar ver a la persona que amaba, a la única persona que he amado, ser golpeada,siendo reducido a participar en un deporte tan degradante. Si mi padre no hubiera susurrado con dureza en mi oído izquierdo: "Vas a hacer esto por ella" habría corrido fuera de este estadio en cuestión de minutos, con o sin mis zapatos puestos, pero con toda mi dignidad intacta.El escalofriante estadio hecho de vidrio era una maravilla moderna. Mi padre se había jactado de que al padre de Kirk le había tomado un año construirlo.

Con toda la tecnología y todas las complejidades quereunía, fue... fue un proyecto enorme para la empresa de mi padre.-Damas y caballeros, bienvenidos al Estadio de lucha la Próxima Generación -anunció una voz computarizada, silenciando los susurrosy las charlas sin sentido dentro del estadio. Se suponía que tenía capacidad para más de dos mil espectadores, pero durante el primer año o más o menos, sólo los más ricos, los millonarios que podían prescindir de al menos quinientos mil dólares sin parpadear, eran invitados.


Mi padre había exclamado a sus amigos, si podía llamarlos amigos:"Este es el inicio de una nueva era en la lucha. Hay reglas mínimas, sin árbitros visibles. Un luchador podría abandonar, renunciar pulsando el botón rojo en su esquina. Hasta entonces, ellos pelearían hasta el final,hasta que sólo haya un ganador. Por supuesto, no podemos dejar que nadie muera, porque eso sería ilegal". A lo cual se había encogido hombros como si no fuera importante. "Sin embargo, la computadora determinará si los signos vitales y las lesiones están bien antes de que el prestillo de seguridad sea abierto.


Aparte de eso, el luchador podría durar horas, con las temperaturas en la habitación variando dependiendo de los comandos del ordenador".¿Cómo esto incluso no era sancionado? Pero antes de que pudiera preguntarlo, miré alrededor del lugar: senadores, congresistas,gobernadores. Una lista de celebridades, y de gigantes de Wall Street estaban charlando y bebiendo bebidas de su elección, ocupados desplazándose sobre el menú en las pantallas individuales de su ordenador.


Caída en la peleaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora