Capitulo 6

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Pov Mon

Si este quiero-ser-Edward Cullen tocaba su mano una vez más, iba tirar este vodka en su traje excesivamente apretado y darle una buena tunda. Es el mismo tipo que vi en la fiesta después de mi primera pelea, el tarado que mantuvo monopolizada su atención.-Me encanta verte a luchar, chica -dijo Pete, el dueño de una empresa de distribución de agua popular.Maxwell y yo estábamos charlando con él sobre la pelea.

Él levantó un pulgar hacia arriba en señal, qué bicho raro y continuó:-Yo siempre apuesto por ti.-Gracias. -Asentí con la cabeza, mis ojos parpadeando hacia su espalda, donde Sam y el chico parecían estar riendo y disfrutandode su mutua compañía. Estaban con otras dos personas, pero los ojos del tipo estaban entrenados en ella. No podía culparlo, ella seveía malditamente bien, como siempre.

Yo podría haberle dicho a Jim antes que pensaba que Sam parecía una zorra, pero la pura verdad era que ella nunca lo hizo. Incluso aunque llevara ropa que abrazaba su cuerpo como una segunda piel, nunca se vio como una zorra. Ella siempre veía sexy, elegante y caliente.Dean Pope, la estrella de acción en ciernes del cine de Hollywood, se detuvo y me felicitó por mi victoria. Hubo un sinfín de lamidas de trasero pasando. Si seguía ganando, estarían sonriendo conmigo. Pero si perdía, no les importaría una mierda. Para ellos no era más que un medio para un fin, sus apuestas dando sus frutos. Ellos no eran másque medios para mi fin también.

Gracias a Dios Amber estaba fuera de mi vista esa noche. En el momento en que vio mis ojos deslumbrando cuando entré en el salón,sabiamente, se eliminó a sí misma de mi rango de alcance. Realmente no debería haber dado su nombre hace un mes para estar en la lista exclusiva de las personas que podían asistir en mi nombre. Aparte de Tee, ella era la única que sabía por qué estaba luchando.Maxwell y su banda de amigos ricos estaban ahora en el otro lado de lahabitación. Maxwell era constantemente acosado y rodeado por casi todo el mundo en la sala. Supongo que eso es cómo iba la vida para un hombre cuyo patrimonio neto lo colocó en la parte superior de los cincuenta hombres más ricos del país, un hecho que había visto en una de esas revistas que simplemente hojeé hace años.

La cosa era, que incluso si Sam era su hija, ella siempre se mantuvo igual para mí y mi hermana. Ella nunca nos había mirado por encima del hombro, ni una sola vez. Ella amaba a mi hermana como si fuera su propia hermana.Me trató de la misma manera, como siempre, estaba furiosa, irritada por mí.Hasta hace unas semanas.Atrapé el final de su vestido rojo deslizándose en la esquina.

El imbécil ese ahora estaba hablando con un chico, tal vez un prominente político o alguna tontería. Discretamente, me excusé de una conversación aburrida con Tom, el presidente de alguna compañía financiera y caminé hacia donde Sam había desaparecido.

-Naomi, está bien, voy a hablar con ella. -Ella estaba hablando con alguien por teléfono. El horizonte de Las Vegas era impresionante desde el piso sesenta de este hotel. La mano derecha de Sam estaba perezosamente apoyada en la barandilla de vidrio; obviamente no tenía miedo a las alturas. Desde atrás, su figura era cautivante, piernas largas en esa corta mini-falda roja, tacones negros puntiagudos y su masa de cabello tirado hacia la izquierda, creaba una imagen que alimentaba el deseo, la bruma de lujuria que me cegaba.

Quiero besar esa parte expuesta de su cuello, sentir su aliento caliente contra el mío, presionarme en la suavidad de su cuerpo.joder. ¿Cuándo me convertí en semejante perro cachondo a su alrededor?-¿Quieres que te cante? -Su voz era suave y apacible. Quien fuera con quien estaba hablando, sonaba como una persona por la que se preocupaba mucho.No quise escuchar a escondidas. Debería dejarla sola. Estaba esperando a que ella me preguntara acerca de la lucha, había incluso abierto la sala de ducha, sin escuchar las demandas de su padre.Ni siquiera me había hablado durante toda la noche, no siquiera después de la pequeña reunión que estaba en pleno apogeo.



Caída en la peleaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora