1. No desarrollamos la telepatía

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—Pese al buen clima que hemos estado teniendo estos últimos días, se pronostican nevadas la próxima semana. Por lo visto, éste año el invierno se apresuró a llegar.

Jin se encontraba desayunando mientras escuchaba con fuerte desilusión el pronóstico del clima. Él odiaba el invierno. Era la persona más friolenta de toda la ciudad, casi podía asegurarlo, no importaba cuántas capas de ropa llevara, su nariz siempre estaba roja y sentía sus extremidades entumecidas. Había llegado a pensar que ese año sería más cálido porque hasta el momento no tenían tan bajas temperaturas, pero al parecer celebró una victoria antes de tiempo.

—Adiós a mi salud, hola a mis resfríos —susurró desganado en tanto que lavaba los platos sucios.

El último invierno perdió la cuenta de las veces que se enfermó, había pasado más tiempo acostado que parado que más de una vez soñó que en adelante su vida sería estar en cama todo el tiempo. Sonrió para sí. Lo dramático se lo había pegado su mejor amigo, no tenía dudas y sí muchas pruebas. 

Sin embargo, hablar de su, aparente, débil salud no era broma, Jimin incluso se había mudado con él unos días para cuidarlo porque no salía de un resfrío para entrar a otro. Bueno, la mitad del tiempo Jimin había estado con él en su departamento, y la otra mitad él había estado en la casa del otro, puesto que el rubio todavía vivía con sus padres, los cuales apreciaban y amaban a Jin, estos habían casi obligado al castaño a trasladarse a su casa para poder cuidarlo, algo que Jin agradeció enormemente porque estar enfermo y solo no era una combinación que le agradara. Y sus papás... Ellos también preferían lo cálido, así que siempre procuraban pasar gran parte de esas épocas en algún lugar que estuviera en pleno verano.

Camino a su cuarto pudo apreciar, por los ventanales que rodeaban su departamento, el cielo ligeramente gris a causa de las nubes que lo cubrían. Si aparte del frío que hacía, llovía, sería premio doble, y si a eso se le agregaba sus clases y pasar todo el día fuera de su cálido hogar... Bueno, el día pintaba bien, sin duda.

Se vistió con un suéter crema que era bastante calentito, debajo de eso ya llevaba otro suéter, pero éste era más delgado; unos pantalones negros simples, y finalizó con un abrigo color ocre. Decidió que podía prescindir de la bufanda por ese día.

Cuando se encontró listo, salió a la calle y la bienvenida del día le llegó con el frío viento golpeándole juguetonamente la cara y meciéndole su castaña cabellera, como si se burlara de él y su humor. Arrugó la nariz y emprendió su camino a la universidad. Su inestable felicidad dependía de qué tan rápido pudiera llegar al salón.


Mientras caminaba recorriendo la facultad para dirigirse a su edificio, sacó su celular para confirmar que no tenía mensaje de su mejor amigo, le había escrito nada más levantarse, pero el rubio no le contestaba y dudaba que se hubiera quedado dormido porque nunca faltaba a ninguna de sus clases. 

Tan absorto estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta que había llegado a su edificio hasta que vio a Jimin frente a él, éste movía su pie derecho con insistencia mientras sujetaba un café con las dos manos y mantenía su vista fija en el suelo.

—Hey —lo saludó con alegría, pero lo que recibió a cambio fue una mirada severa que no logró entender.

—Ayúdame o me tiro de un puente —soltó el rubio nada más se acercó.

Jin logró notar que su amigo estaba ligeramente sonrojado y podía asegurar que no era por el helado viento.

—Buenos días para ti también.

—No estoy jugando. Me voy a tirar, eh.

—Si no me hubieras dicho eso 20 veces antes, probablemente te creería —comentó con aire burlón, pero al ver que Jimin se tornaba serio, se preocupó—. ¿Qué hiciste ahora?

Euphoria | KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora