Euphoria | KookJin

4. Besos, manos y algo más

—El café de aquí sabe malo —habló Taehyung bebiendo otro sorbo de su bebida.

—A mí me parece que lo estás disfrutando. —Jin tenía la vista fija en sus apuntes.

—Ni siquiera me estás viendo para corroborar eso.

—No necesito hacerlo. Ya casi te terminas el café —comentó señalando la taza del moreno, pero sin levantar la mirada.

—No me gusta este lugar —cambió de tema Taehyung ante la evidente poca atención que le brindaba su amigo.

—¿Te vas a seguir quejando?

—¿En serio estás preguntando? —el castaño siguió sin despegar la vista de sus hojas—. Nuestro departamento es más calentito que esto.

—¿Nuestro? —pronunció divertido—. Querías que te invitara un café y te estoy invitando uno, ¿por qué no lo disfrutas?

—Me siento usado —siguió Tae ignorándolo.

Era viernes por la tarde, el cielo volvía a estar cubierto de nubes grises esponjosas y la temperatura sólo sabía bajar ante el escenario, pero la cafetería Mikrokosmos en la que se encontraban y, cabe recalcar, también trabaja Jimin era bastante acogedora pese a los grandes ventanales que la adornaban.

—Jimin ni siquiera nos presta atención, está trabajando —señaló al nombrado, pero a diferencia de lo que había dicho, el rubio estaba apoyado en la barra viéndolos fijamente con una expresión seria. Taehyung levantó la mano para saludarlo con burla y el contrario se dedicó a girar la mirada con descaro.

—La gente de aquí es muy maleducada.

—Está bien, Tae, ya terminé. Vámonos.

Jin se paró de su lugar y Taehyung, con su alegría renovada, le ayudó a recoger sus apuntes. Caminaron juntos a la salida, pero antes de cruzarla, Jin se detuvo.

—Espera, voy a despedirme.

—Estaré afuera —le informó el moreno quitándole de las manos sus cosas.

—¿Qué? Hace mucho frío.

—Entonces, apresúrate.

Taehyung se movió con rapidez hacia el exterior y Jin hizo lo mismo para acercarse a su mejor amigo rubio.

—¿Ya abandonaste al empalagoso de Taehyung? —le interrogó Jimin nada más lo vio aproximarse. Con las manos juntas y los ojos brillándole en espera, Jin se preguntó por qué esos dos no se llevaban bien si eran casi iguales.

—No le digas así. Me está esperando afuera. Sólo quería despedirme —enumeró con sus dedos las respuestas al tiempo que las decía.

—A veces no soporto que seas tan buena persona, Jinnie —soltó un suspiro derrotado Jimin al tiempo que se encorvaba, pero cuando volteó hacia la entrada se enderezó de golpe—. Bueno, unas por otras, ¿no? —sonrió emocionado.

Jin elevó ambas cejas y se giró hacia las voces que empezaban a llenar el lugar encontrándose con Namjoon que vestía pantalones negros y una chamarra del mismo color que cubría por completo su torso. A pesar de que la vista del moreno podía resultar magnética, atrás de él se pronunciaba con mayor atracción un pelinegro enfundado en un pantalón de vestir oscuro, suéter azul cielo de cuello alto y un abrigo marrón de cuadros pequeños.

La imagen de Jungkook con las manos en los bolsillos de su abrigo dejando que éste se abriera, hizo a Jin tragar con esfuerzo. Desde el día de la competencia de natación, no había vuelto a estar a solas con él y agradecía al universo por eso porque se sentía más nervioso que antes cada vez que lo veía.