2. Me gusta Jungkook

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La opresión en su pecho se había acrecentado de manera violenta y sutilmente su cuerpo empezaba a perder energía. No entendía qué era lo que le pasaba, pero estaba bastante seguro que era culpa del maldito clima. Nada bueno traía el invierno.

—¿Que te ayude? ¿A qué exactamente? —frunció el ceño queriendo creer que su amigo estaba bromeando—. ¿A que Jungkook se burle de nosotros?

—Oye, ¿por qué piensas al instante en que se va a burlar? —chilló el rubio cruzando sus brazos.

—Jimin, perdón —murmuró acomodándose la mochila en su hombro—. Es sólo que todo esto como que no tiene sentido.

—No tiene que tenerlo. Me gusta Jungkook —destacó el rubio con una seguridad que Jin ni siquiera hizo el amago de desconfiar porque estaba más perdido en sus pensamientos.

Cuando por fin su mejor amigo había decidido contarle qué era lo que le pasaba, el castaño nunca se imaginó que todo girara alrededor de Jeon Jungkook. Bueno, prefirió imaginarse todo menos eso.

En cuanto habían encontrado un lugar tranquilo para hablar, Jimin le soltó tan rápido sus sentimientos por el pelinegro que Jin seguía procesando lo ocurrido, seguía buscando en todas sus memorias los momentos en que no prestó atención a las posibles señales de que esto pasara, sin embargo, no encontró nada. Trató de ir más profundo en su mente, pero lo único que tenía era lo de esa misma mañana cuando el rubio había estado todo sonrojado frente a Jungkook, antes de eso no tenía nada... Antes de eso, lo único que tenía eran recuerdos de su propio sentir cada que el pelinegro estaba cerca, su nerviosismo y el imperceptible deseo de estar mordiendo su labio inferior.

Probablemente, todas esas veces estuvo más concentrado en sí mismo y en Jungkook como para notar las reacciones de su mejor amigo. Y eso sólo lo hacía sentir mentalmente cansado.

—N—No te puede gustar él —intentó rebatir.

—¿Por qué no?

—Bueno, Jungook es... —Jin trataba de poner en palabras ese raro sentimiento que le producía el siquiera imaginarse a su mejor amigo con Jungkook—, él es... Perfecto —Jimin alzó ambas cejas desconcertado—. Es tan perfecto que da miedo. Nadie puede ser así de perfecto. Como... Malditamente perfecto.

—Lo que da miedo es que repitas tanto la palabra "perfecto".

—Qué tal que es un robot, te digo que un humano debe tener defectos y él no los tiene —intentó explicarse—. Es muy guapo, inteligente, no importa qué deporte sea siempre es el mejor jugando, tiene una voz increíble —mientras hablaba la imagen de un Jungkook cubierto de arruguitas alrededor de sus ojos por estarse riendo era todo lo que existía en su mente. Sacudió la cabeza para despejarse—. No contento con eso, toca el piano, el violín y le sale dinero hasta por los codos. Todo lo que hace lo hace bien, ¡Incluso cuando sonríe parece un conejito! ¡UN CONEJITO! No podía parecerse a un castor o qué sé yo. —Jin terminó su discurso con un ligero rubor por el empeño que había puesto al describir al susodicho.

—Jin, ¿Te gusta Jungkook? —preguntó Jimin cauteloso.

—¿Qué? —pero el aludido ni siquiera le tomó importancia—. Ese no es el punto, Jimin. Concéntrate.

—Ya, ya. Es que no le veo nada de malo, no es como si me vaya a casar con él, tan sólo intentaré acercarme primero, ¿sí? —le suplicó juntando sus manos el rubio.

—Pero, ¿en qué momento? —inquirió confuso—. Nunca me comentaste nada sobre él antes.

—Creo que siempre sentí atracción hacia él —se mordió el labio inferior explicándose—. Y no sé exactamente en qué momento se volvió algo más —terminó casi en un susurro.

Euphoria | KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora