SURFING - {Luzu y tú}

IV

Narra ____
Mi noche había sido expléndida, había dormido horas interminables y estaba totalmente descansada para empezar este día.
Me metí en la ducha y me duché con agua fría para despertarme del todo, anudé una toalla a mi cuerpo y otra a mi cabello.
Fui hacia la puerta principal de mi casa y la dejé abierta para airear la casa mientras la limpiaba.
El maltiro ruido del aspirador llevaba sonando durante media hora y cuando ya creí que había terminado de arreglar mi piso lo apagué.
-Miau -Escuché cerca-
Oía maullidos. Me acerqué despacio hasta encontrar al causante de ese sonido, se encontraba en la cocina.
Una bolita de pelo castaña y crema estaba subida en la encimera de mi cocina, la cogí y la abracé.
-Hola cosita, ¿Te has perdido? -Pregunté como si me fuera a responder-
-Seguro que eres de alguno de mis vecinos, vamos a encontrar a tu dueño -Proseguí hablando sola-
Me metí en la habitación acompañada de la gatita y me puse unos legings negros y un too de flores, unas sandalias negras y mi pelo recogido en una coleta.
Cogí en brazos a la gatita y salí en búsqueda de su dueño por todo el edificio.
Fui preguntando casa por casa hasta intentar encontrar el dueño de esta preciosidad pero nadie sabía de quien era.

Narra Luzu
No me podía creer que Leia se hubiese perdido de nuevo, juraría que no abrí la puerta para nada ¿Cómo la encontraré ahora?
Cogí las llaves del coche para salir a buscarla por la calle ya que sería muy difícil que estuviese por aquí. Abrí la puerta y me encontré con mi nueva vecina que justamente iba a llamar al timbre.
-Oh, hola -Dijo asustada-
-Buenos días -Respondí igual de distante que siempre-
-Oye, ¿Sabes de quien es esta gatita? -Preguntó interesada-
Me giré sobre mis pies para encontrarme entre sus brazos a Leia.
-Entra a casa -La ordené a mi nueva vecina cortante señalando mi piso-
-Pero...
-Entra -Repetí-
La chica aceptó mi orden y con Leia en brazos entró en mi piso.
-Es mi gata -Reconocí cuando estábamos los dos en mi salón-
-¿Y por qué me hiciste entrar? -Quiso saber-
-No se si lo sabes pero en este bloque de pisos estan prohibidas las mascotas -La recordé-
-No, no tenía ni idea... -Explicó-
Después se hizo un silencio demasiado incómodo hasta que ella decidió hablar de nuevo.
-Bueno, Luzu, yo ya me voy -Advirtió tímidamente-
-¿Cómo sabes mi nombre? -Intenté saber sorprendido-