Capítulo 7: Encrucijada

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—Vaya, vaya —Mayuri hablaba con Akon en una de las salas de las instalaciones principales de los laboratorios de su división—. Los resultados de las pruebas preliminares arrojan elementos muy prometedores sobre la fecundación de un embrión de estas muestras.

—Es por eso que quería saber su opinión sobre el proyecto que solicitó Akio. ¿Qué cree que deba hacer?

Mayuri dibujo una sonrisa maniática en su rostro, demostrando su ansia de proseguir.

—Es estúpido realizar esa pregunta, debemos proseguir, pero para ello deberás conseguir una muestra más grande de ADN de Komamura y Akio para saber más.

Akon asintió preparándose para salir en busca de ambos shinigamis.

...

Al día siguiente, Akio salió muy temprano del hogar pues debía asistir con el comandante Yamamoto a un entrenamiento de bankai.

Sin decir una sola palabra a nadie, había abandonado su morada con sueño y todavía triste por no haber celebrado el momento de haber obtenido su bankai como lo esperaba; Komamura había escuchado cuando su pareja había salido de la casa, ya conocía que cuando éste se molestaba, no era fácil que se tranquilizara. Pese a no tener muchas peleas como pareja en sus años juntos, estas no habían sido tan intensas y generalmente se solucionaban de inmediato; Komamura se quedó mirando el techo.

—Creo que no tendría que haberme molestado con las decisiones de Akio y tiene derecho a estar molesto, pues no le he ayudado como lo prometí y ahora lo estoy limitando.

Como aún era demasiado temprano para despertarse, y aun así Sajin abandonó el futón y se dirigió a su armario, donde había dejado guardado el dispositivo que localizaba reiatsu. Aprovechando que todavía tenía muestra del pelo de Kaito, lo encendió y comenzó a buscar rastros de los padres del chico, pues ahora comenzaba a pensar que él debería quedarse en la Sociedad de almas.

—Creo que Akio y yo no estamos listos para tener una familia —susurro Sajin tristemente...

Mientras Sajin seguía con su labor, Kaito dormía en su recamara, aunque se notaba que algo le perturbaba

¿Te has olvidado de tu familia? Todo estaba oscuro, Kaito estaba asustado. No veía de quien provenía aquella voz—. Los shinigamis te mienten, se aprovechan de tu edad y tu vulnerabilidad para hacerte creer que nosotros somos enemigos, pero no es así.

¿Quién está ahí?... ¿Qué quieres de mí?

¿Eso importa? –La voz comenzó a reírse de forma siniestra—. Lo que debería importarte ahora lo estas olvidando... ¿Crees que realmente estas formando parte de una familia ahora...? Solo piensa la situación que has visto en estos días, una pareja que pelea por si tú deberías entrenar para ser shinigami o no... Te limitan tu poder porque temen que es lo que realmente puedes lograr, pero escúchame, tu verdadera familia está aquí esperándote.

Kaito pensaba en aquellas palabras, pero al mismo tiempo, sentía que algo en su interior crecía, pero no era algo bueno, le causaba dolor.

En ese momento, Kaito escuchó las voces de sus padres gritando, le pedían ir con ellos. Por un breve instante pudo ver a sus progenitores como un rayo de luz en medio de la oscuridad.

Kaito se despertó de golpe, respiraba agitadamente, se cubrió con la manta, llorando de miedo. No pasó mucho tiempo cuando se escuchó la puerta de su habitación abrirse.

—¡¿Qué sucede Kaito?! Komamura retiró la manta con la que el pequeño se cubría, y lo cargaba, abrazándolo.

Todo estaba oscuro... Una voz... Me llamaba... Yo no podía moverme... mi cuerpo dolía Kaito trataba de hablar, pero le era imposible entre cada sollozo.

El shinigami y el humano 2 (EDITADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora