El shinigami y el humano 2 (EDITADO)

Capítulo 1: El mundo espiritual

Comenzaba a amanecer, el Gotei 13 parecía estar en completa calma, algunos shinigamis ya estaban dispuestos a empezar con su trabajo para sus divisiones; la academia shinigami era un lugar que estaba lleno de actividad desde temprano, ya que los jóvenes que aspiraban a convertirse en soldados, se preparaban desde muy temprano... Pero dentro del Gotei, en un hogar cercano a la séptima división, había un shinigami criado en el mundo humano y que dormía profundamente; él había arribado a la Sociedad de Almas acompañado de su pareja, un hombre lobo y excapitán shinigami de la séptima división de nombre Sajin Komamura.

Aquel shinigami que dormía, roncando ligeramente y sin preocupación alguna, era Akio Komamura Masamune.

La pareja había arribado una semana atrás después de haber pasado siete años viviendo en el mundo humano; obviamente habían avisado de su visita y todos los shinigamis de la séptima división, y su capitán actual, Iba Tetsuzaemon, se habían alegrado de ver a la pareja de nuevo. En la semana en que Akio había comenzado a vivir en el Gotei, se había dedicado a aprender cómo estaba conformada cada división, inclusive se había dado tiempo en conocer la academia shinigami; pero también, había mostrado interés en conocer el Ryukongai, y todo lo que componía la Sociedad de Almas...

Komamura iba regresando a su hogar acompañado de Gorou, su pequeño perro; había salido temprano a ejercitarse un poco y al entrar en la habitación no le sorprendió encontrar a su pareja todavía durmiendo. El shinigami no quería despertar a Akio, lo encontraba demasiado lindo como se veía, pero aquel día ambos tenían algunos compromisos que atender; Komamura abrió las puertas de la habitación y que daban al jardín de la casa, la luz del sol entró en el hogar de ambos cubriendo el rostro del humano, quien se movió incomodo en el futón, pero sin despertarse.

Sajin suspiró y juguetonamente pellizcó la nariz de su pareja, sosteniéndola un momento logrando al final su objetivo.

—No recuerdo haber pedido el despertador —Akio miraba un poco molesto a Sajin, mientras se sobaba la nariz

—Te dejaría dormir más, pero recuerdo que hoy tienes muchas cosas que hacer ¿no? —Sajin sonreía a modo de disculpa.

Akio bostezó perezosamente, aunque no quisiera admitirlo, era cierto lo que Komamura decía.

—Pero aún es temprano, se supone que me veré con el comandante Yamamoto y el capitán Mayuri hasta la tarde; aunque no sé si sea buena idea que ese último esté en el lugar de la prueba.

—Te comprendo, yo tampoco confió en Mayuri —Argumentó Komamura—. Pero él y el capitán comandante quieren examinarte que tanto has crecido como shinigami, además de ver el poder de tu zampakutou. ¿Nos bañamos juntos, antes de desayunar?

—A eso último no le digo que no.

Mientras Sajin preparaba la ducha, Akio se encargó de guardar el futón, así como de su ropa de dormir. Al mirarse en el espejo que había en la habitación, examinó un momento su reflejo; la cicatriz de su ojo izquierdo, su cabello se veía un poco largo, tenía barba de tres días, pero fuera de eso, no sentía que hubiera cambiado mucho, al menos desde que conoció a Sajin. Cuando el baño estuvo listo la pareja se tomaba su tiempo dentro del baño; mientras Akio tallaba la espalda de su pareja, quiso pasar un momento agradable con él, pues al llegar a la parte baja de la espalda, dirigió su mano a la entrepierna de su pareja, éste se estremeció un poco al sentir la mano del joven, pero permitiéndole continuar. Ambos estuvieron a punto de entretenerse en la ducha más de lo debido, pero Komamura tuvo que interrumpir aquello, recordando las labores que a ambos les esperaban, pues él iría a la academia shinigami junto a Tetsuzaemon y miembros de la séptima división, a ayudar en el entrenamiento de nuevos shinigamis con la espada y en técnicas de kido.