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____ Bonnet.

Cerré la puerta del ático con el corazón en la garganta. Una simple caricia y me cuerpo ardía. Tratando de ignorar lo sucedido, caminé hacia el baño y abrí el grifo. Rápidamente me despojé de la ropa y entré a la ducha, dejando que el agua resbalara por mis hombros y espalda. El agua estaba helada, pero aún así traté de aguantar.

Cinco minutos después por fin salí. Empecé a vestirme y mientras lo hacía repasé en mi mente las palabras de Aidan. "Me gustas mucho, ____". Esa frase hacía que las mariposas de mi estómago bailaran desenfrenadamente. Él también me gustaba mucho, pero era más joven que yo, y no es que me considerara muy grande, pero cinco años, eran cinco años...

Todo pensamiento se vió interrumpido por el celular que comenzó a sonar. Deseaba que fueran las chicas, pues así dejaría de darle vueltas y vueltas al tema durante un buen rato.

Luego de estar buscando el celular, logré encontrarlo con una llamada pérdida, que para mi sorpresa era de Aidan y había dejado un mensaje en el contestador.

Nerviosa lo escuché.

"____, dentro de una hora y media o antes, estaré en "El cisne Negro". Ya sabes, por si te apetece tomar algo".

Sonreí. Me había citado de la misma manera en que yo lo cité a él.

Miré el reloj en la pared y entré disparada al vestidor. Opté por un vestido rojo y unos zapatos bajos de color negro. Al terminar de vestirme empecé a maquillarme un poco y me dejé el cabello suelto.

...

Cuando llegué a "El cisne negro" justo eran las diez en punto. Aidan estaba en la barra y podía verme a través del espejo.

Sonreí mientras caminaba hacia él. Ya estando a su altura le planté dos besos, uno en cada mejilla. Pero él seguía mirándome sin decir nada, hasta que poco a poco apareció esa sonrisa pícara.

Dios... Se miraba muy apuesto. Llevaba unos pantalones de mezclilla oscuros, junto a una camisa negra de rayas blancas verticales.

- Estás muy hermosa. - Dijo y yo solo pude sentir mis mejillas calentarse. - Si te soy sincero, no creí que fueras a venir. -

- Bueno... No tenía nada mejor que hacer. - Le sonreí.

- Pues me alegro que no tuvieras nada que hacer. - Se dió la vuelta y le pidió a Andy algo de beber. - ¿Qué tal tu semana? -

- Bien, ya sabes, pura rutina. Operaciones, consultas, curas... Muy estresante la verdad. -

Y así fue como iniciamos una conversación de "Amigos", nada de preguntas con doble sentido, nada de insinuaciones, pero si muchas miradas que me dejaban sin aliento. No sabía si lo hacía a propósito o no, pero cuando me miraba así podía sentir todo mi cuerpo temblar de deseo.

Aproveché el tiempo que se fue al baño y evalúe un poco la situación. Su forma de actuar conmigo era distinta a cuando nos conocimos. Por decirlo de alguna manera, era menos creído. No sabía si la palabra "creído" era la más adecuada para describirlo pero, era la única que se me había ocurrido.

"¿Qué ha cambiado? ¿Quizás el verme con Fabián?" Si, probablemente era eso. Me daba la sensación de que había querido ir de duro conmigo, pero le salió mal la jugada.

Ya tenía clarísimo que yo le gustaba, pues él mismo me lo había dicho, pero tenía aún más claro que él me gustaba. Aunque, no sabía si quería tener una relación de verdad con un chico de veinticinco años. Mis prejuicios aún no me abandonaban y el qué dirán me seguía atormentando.

Debía dejar de coquetear con él, hasta que tuviera en claro lo que quería. "¿Sería capaz de hacerlo?" La aparición de Aidan evitó que siguiera haciéndome preguntas.

Mi adicción | Adaptación AG『+16』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora