Las drogas y el alcohol se habían vuelto la mayor adicción del Akashi, no podía vivir en paz sin este tipo de cosas, era su única calma.
Gracias a los efectos de alcohol no tenía noción del tiempo, en cualquier momento había una gran posibilidad de que el Akashi sufriera una sobredosis y muriera, lo cual haría que se igualara al mismísimo Kurt Cobain.
Pero eso no le llegaba a importar, ya no tenía por quién vivir, su esposa, sus hijos y sus hermanos estaban muertos, ya no había ni una maldita posibilidad de que ellos regresaran y eso hacía que el mayor no quisiera seguir y vivir.
Haruchiyo nunca creyó en el más allá, realmente le parecía algo sumamente absurdo, como habría un paraíso? ¿Acaso la tierra era el infierno? Eso le parecía algo sin sentido alguno y sin ningún tipo de coherencia.
-maldición...- Una botella se fue a estrellar contra la pared, estallando en pedacitos.
Haruchiyo estaba bajo efectos del alcohol y esto ya lo tenía muy mal, los párpados le pesaban y así fue como quedó tendido en el piso, a veces dormía en donde se pudiera, el piso, el baño o donde quedara, eso ya no tenía relevancia alguna.
Me estaba despertando con un gran dolor de cabeza, seguramente la resaca, no sentía mis piernas y sinceramente me dolía demasiado ver la luz. ¿Qué carajos estaba haciendo con mi vida? ¿Era mejor morir? Cada que me levantaba tenia millones de preguntas y a veces creía que era mejor morir.
Sentí una maldita lengüita pasar por mi rostro dejándome lleno de babas, esto era un verdadero asco.
-Agh aléjate- alejé aquello que me estaba fastidiando, abrí lentamente mis ojos y vi a ese maldito canino.
Lo primero que vi era el perro de Hoshi, ese maldito perro por el cual me peleé con mi hija, el único recuerdo que tenia de ella...
Mientras me levantaba del suelo, sentí un maldito ardor en mis manos, eran fragmentos de vidrio enterrados en mis manos.
-Soy un verdadero idiota...- Subí a mi recamara a curarme.
Era tentador, demasiado tentador. ¿Cómo se sentirá abrir tu mente?
Haruchiyo miraba con deseo aquella arma que reposaba en su cama, nuevamente estaba bajo efectos de droga, y no estaba completamente cuerdo, era un gran peligro.
El joven tomo el arma, el pequeño perrito se acerco y miro a su amo a punto de hacer una locura.
-Ya voy para allá, amada mía...- Las últimas palabras del joven resonaron por todo el cuarto.
Haruchiyo apunto el arma hacia su cabeza y como ultimo movimiento apretó el gatillo, así fue como "abrió su mente".
El perrito se recostó al lado del cuerpo de Haruchiyo.
Unas horas mas tarde Keisuke que estaba haciendo su rutina. Ir a trabajar, regresar y pasar a ver que su cuñado no se hubiera matado.
Era el último día que realizaría aquella rutina, ya que Haruchiyo dio fin a su vida.
-Jaa... Parece que si era enserio eso de parecerte a Cobain- Los ojos de Keisuke se llenaron de lagrimas y solo pudo seguir con lo que debía hacer.
Al día siguiente se enterró al ultimo miembro de la familia Akashi, haciendo que esta familia se extinguiera de una vez por todas.
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The possibility of our future... (Haruchiyo Akashi x Tú)
Teen FictionLa historia de dos jóvenes enamorados, que fueron destinados a separarse... "Las almas gemelas están destinadas a conocerse y amarse por siempre pero, no a estar juntas para toda la vida."