XVI

913 141 12
                                    

FELIZ INICIO DE SEMANA MIS AMORES.

LO PROMETIDO ES DEUDA.

NOS LEEMOS MAÑANA.

LES AMA.

JEN<3

---

ARCHIVALD

«—¿Esta seguro que quiere pasar por el suplició de compartir esta pieza conmigo? —sonaba extrañada a la par de insegura, mientras se dirigían al centro del salón adecuado para que cumpliera la labor de la pista de baile de los Coleman.

Que, casualmente la hija de estos era la mejor amiga de la dama que se estaba mordiendo el labio con vehemencia sin saber cómo tomarse su propuesta, que, pese a las negaciones de su abuela y la cara larga de su hermana la obligó a que aceptara.

Es que, la dama tenía algo que lo jalaba, por eso las veces que se la había topado después de haberle dado sepultura a aquel perrito, trataba por todos los medios de conocerle un poco sin utilizar demasiado el razonamiento.

Con ella forjándose lo bastante sencillo para sonreír con soltura, sin siquiera darse cuenta de que aquello nunca le había salido tan natural desde que recordaba.

—Si sigue insistiendo pensaré que solo aceptó por simple cordialidad, señorita Wrigth —esta abrió desmesuradamente los ojos, boqueando sin saber que responder ante el aparente desplante que le estaba haciendo, sin siquiera darse cuenta de sus actos.

O eso pensó hasta que lo corrigió.

—Me llamo, Evolet —claramente odiaba los formalismos, mientras el disfrutaba sacando un puchero de desagrado de su rostro.

—Y Yo Archivald —hasta que no lo tratara con la confianza que le indicaba, no cedería en ese aspecto.

—Su hermosura que me trae en las nubes, no me ciega a la hora de apreciar que es un testarudo —alzó las cejas con sorpresa.

Su descaro, y lengua suelta no dejaban de asombrarlo gratamente.

Era demasiado honesta para ese mundo.

La escuchó refunfuñar por lo bajo, a la par que hacían el saludo inicial y enlazaban sus cuerpos para empezar a danzar.

» Usted no escuchó nada, y seguimos en el tema de que es una mala idea que estemos girando en este momento cuando lo único que se hacer es lisiar a almas ingenuas, que solo tienen esta cordialidad para llegar a Emily —arrugó el ceño al no comprender del todo sus palabras.

¿Enserio pensaba que se le acercaba para llegar a su hermana?

—¿De dónde saca tantas oc...? ¡Auchsss! —no pudo terminar su cuestionamiento, porque vino el primer pisotón.

Pese a ser pequeña y delgada, pisaba como un caballo la condenada.

—Ahora está sufriendo lo que no me quiso creer desde un inicio —parecía mortificada, mientras volvía a pisarle sin remedio.

Haciéndolo apretar la mandíbula para que no notaran su padecimiento.

» El señor Rider está gozando con su martirio —ahora parecía ofuscada.

Dirigió la mirada al lugar donde esta tenía la vista puesta sin pestañear, topándose con el susodicho, que estaba danzando con la hermana de la mujer que se hallaba en sus brazos, y portaba una sonrisa de medio lado, no precisamente por la compañía de la muchacha.

ACTUANDO CON EL CORAZÓN (EL ESCOCES Y LA AMERICANA) || TRILOGIA STEWART #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora